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6 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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6 de agosto: fundar con el alma y los pies en la tierra

Miércoles, 06 de agosto de 2025 01:03

Cada 6 de agosto, San Salvador de Jujuy honra al Santísimo Salvador, su patrono. Es una fecha cargada de simbolismo, donde lo religioso, lo ancestral y lo social se entrelazan. No es solo una conmemoración: es un recordatorio de nuestro poder fundacional colectivo.

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Cada 6 de agosto, San Salvador de Jujuy honra al Santísimo Salvador, su patrono. Es una fecha cargada de simbolismo, donde lo religioso, lo ancestral y lo social se entrelazan. No es solo una conmemoración: es un recordatorio de nuestro poder fundacional colectivo.

Porque fundar no es solo poner los cimientos de algo nuevo. Es un acto profundamente espiritual, psicológico, político y económico. Es elegir una dirección, asumir una visión, ordenar recursos, articular vínculos, y sobre todo, declarar desde qué valores y energías deseamos construir.

Historia: San Salvador, nombre como declaración espiritual. La ciudad fue fundada formalmente el 19 de abril de 1593 por Francisco de Argañarás y Murguía. Pero fue consagrada bajo la advocación del Santísimo Salvador, cuya festividad se celebra el 6 de agosto. Esta elección no fue casual. "La elección del Santísimo Salvador como patrono implicaba un acto fundacional profundo: declarar desde dónde se quería construir, y bajo qué energía espiritual se deseaba proteger y guiar la ciudad."

Así, el 6 de agosto se convierte en una fecha no solo de devoción, sino de refundación simbólica anual. Una oportunidad de volver a mirar la intención original con que se creó este territorio y preguntarnos:

¿Qué estamos fundando hoy? Fundar es también asumir poder creador. Fundar implica tener una visión clara y el valor de sostenerla. Según Viktor Frankl (2004), "quien tiene un 'para qué' puede soportar casi cualquier 'cómo'" (p. 114). Toda fundación necesita ese "para qué" profundo que justifique el esfuerzo, la espera, el proceso.

Y a la vez, fundar no es un acto ingenuo ni solo espiritual. Requiere comprender la realidad material: recursos, alianzas, decisiones políticas, distribución del poder. La fundación de una ciudad, de un proyecto o incluso de una nueva versión de uno mismo, demanda cielo y tierra.

Política, economía y comunidad. En tiempos de crisis, refundar también es replantear modelos económicos y estructuras de poder. ¿Qué tipo de ciudad queremos? ¿Qué economía sostenemos? ¿Qué recursos cuidamos o explotamos? ¿Desde qué modelo de desarrollo habitamos el presente?

Como bien plantea Mariana Mazzucato (2018), el Estado y la comunidad tienen un rol creador en la innovación y en el desarrollo sostenible, más allá del lucro inmediato. En contextos como el nuestro, fundar también es redistribuir, proteger el bien común, y sostener procesos que muchas veces no dan frutos inmediatos.

La espiritualidad como sostén y trascendencia. En psicología, la espiritualidad no se reduce a religión, sino que es entendida como una dimensión fundamental del bienestar y el crecimiento humano. Según Koenig (2012), la espiritualidad es un factor protector ante el estrés, el sufrimiento y las crisis, y está asociada a mayor resiliencia, sentido vital y salud mental. "No hay desarrollo sin sentido, ni superación sin una conexión profunda con algo mayor que uno mismo" (Koenig, 2012, p. 46).

En culturas originarias como la andina, fundar implicaba un acto sagrado, precedido por rituales, palabras de poder e intención colectiva. El ayni (reciprocidad) y el tinkuy (encuentro de opuestos) no eran conceptos filosóficos, sino formas de vida que organizaban lo económico, lo afectivo y lo espiritual (Apaza, 2003).

La palabra como acto fundacional. En todas las culturas ancestrales -y también en las actuales terapias del lenguaje- la palabra tiene poder creador. Declarar una visión es el primer paso para encarnarla. Como sostiene Humberto Maturana (1999), "el lenguaje no solo describe, sino que construye realidades" (p. 122). ¿Qué palabras estás usando para fundar tu día, tu proyecto, tu vínculo?

No es magia: es neurobiología, conciencia y acción sostenida. Las palabras que repetimos crean circuitos, hábitos, percepciones. Y también caminos.

Fundar comunidad: sanar y volver a confiar. Jujuy es tierra de mestizaje, historia viva, lucha y belleza. Una tierra que ha sido testigo de batallas, migraciones, silencios y reencuentros. Fundar hoy también es sanar. Sanar los sometimientos, las fragmentaciones, los olvidos. Y desde ahí, abrir espacio para la confianza, la palabra compartida, la comunidad como sostén. El poeta jujeño Germán Choquevilca lo decía con profunda simpleza en sus coplas: "Soy del pueblo donde el cielo baja al cerro, y el silencio guarda historias que no murieron".

Refundarnos es un acto de coraje. Este 6 de agosto no es solo una celebración religiosa. Es una llamada interior y colectiva a refundarnos. A tomar conciencia de lo que estamos fundando con cada decisión, con cada silencio, con cada acto de amor o indiferencia. ¿Y si usáramos este 6 de agosto como una oportunidad para declarar con conciencia? Para decir: "Hasta acá. Elijo otra cosa." Para proclamar una visión. Para soltar un sometimiento. Para volver a confiar. Y vos, ¿qué estás dispuesto a fundar hoy?

 

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