POR ANA CAROLINA MONCALVO, prof. de Educ. Especial (*)
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POR ANA CAROLINA MONCALVO, prof. de Educ. Especial (*)
El autismo es un trastorno que afecta principalmente la comunicación y el relacionamiento con los demás. Puede presentarse de diversas formas y en diferentes grados. Es por este motivo que se habla del "Trastorno del Espectro del Autismo" (TEA), destacando el concepto "espectro".
Algunos niños autistas pueden mostrar habilidades sobresalientes en determinadas áreas y otros niños pueden necesitar un acompañamiento permanente durante toda su vida.
Es importante saber que la detección y la intervención temprana son esenciales para el abordaje del autismo. Tanto la familia como los profesionales van a tener un lugar fundamental para llevar a cabo este acompañamiento y todo el abordaje será con un enfoque multidisciplinario.
Algunas señales a las que debemos prestar atención desde la edad temprana: hace poco o nulo contacto visual, no muestra interés en los juegos de falda, se muestra indiferente cuando lo agarran desconocidos (a partir de los 9 meses), no responde cuando se lo llama por su nombre o se le hacen preguntas, cuando quiere algo generalmente no lo señala, no les muestra los objetos a los adultos, se pone nervioso ante ruidos específicos, no sigue con la mirada el señalamiento de los adultos, no balbucea de forma social, muestra poco interés hacia los juegos interactivos con el adulto, no imita las acciones de los adultos, pobre expresividad física y verbal, se enoja mucho cuando algo no le sale como él quiere, cuando juega siempre quiere hacerlo de la misma forma y de manera solitaria, se pone nervioso frente a los cambios cotidianos.
Se pueden presentar otro tipo de dificultades: discapacidad intelectual, problemas alimentarios, epilepsia, trastornos del lenguaje, trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad, trastornos del sueño, trastorno obsesivo compulsivo, alteraciones sensoriales.
Los niños con autismo pueden acceder a diferentes propuestas educativas de acuerdo con sus necesidades y progresos.
Tanto el acompañamiento terapéutico, como el de la docente de educación especial, tienen que estar muy bien planificado.
Siempre debemos tener una postura abierta para los cambios constantes, de acuerdo con las necesidades, algunas pueden ser: adaptación a los horarios de asistencia y permanencia dentro de la institución, trabajos personalizados y crear un espacio de retiro o calma.
Metas por lograr: potenciar al máximo la autonomía e independencia personal, trabajar el autocontrol de la conducta propia y su adecuación al entorno, mejorar las habilidades e interacciones sociales, desarrollar estrategias de comunicación: la intención comunicativa y la reciprocidad en la comunicación y desarrollar procesos como el pensamiento abstracto, la atención y la memoria.
Acciones metodológicas: llevar a cabo las actividades en los espacios naturales, favorecen muchísimo los resultados; establecer rutinas y situaciones muy estructuradas; la organización espaciotemporal también debe estar muy estructurada, facilitando la predictibilidad y la anticipación y usar calendarios para organizar el tiempo, anticipar situaciones, de esta manera le será fácil controlar su conducta.
Actividades: es aconsejable que las actividades sean funcionales, estas deben estar muy bien organizadas y estructuradas. Su expresión debe ser clara y sencilla; los apoyos visuales (dibujos, fotos, carteles) son de gran utilidad como guía y elemento recordatorio, también se utilizan como refuerzo motivacional de las acciones y tareas diarias.
Para concluir podemos señalar que en la vida de un niño con autismo habrá muchos profesionales que podrán aportar y enriquecer en su desarrollo y educación.
(*) Especialización en personas sordas e hipoacúsicas, intérprete de Lengua de señas Argentina, asesoría integrada, formación holística; email: [email protected].