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El valor de nuestro entorno

Martes, 02 de julio de 2024 01:02

Por ABIGAIL LARGO

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Por ABIGAIL LARGO

El desarrollo humano es inseparable del contexto ambiental en la vida de cada persona, ningún aspecto puede entenderse por sí solo, ya que de alguna forma, todos están interconectados.

Para un mejor entendimiento, me gustaría desarrollar brevemente el principal aporte del "Modelo Ecológico" (Bronfenbrenner, 1.987) que se dedica al estudio del contexto y la interacción entre los diversos sistemas (Microsistema, Mesosistema, Exosistema, Macrosistema) que influyen de manera directa e indirecta en las personas.

Para comenzar, el Microsistema primario es la familia; luego sigue la escuela y el grupo de pares. Una adecuada salud mental tiene sus cimientos en la primera infancia, comenzando con el vínculo que el niño establece con sus padres o cuidadores, construyendo así una base segura y confiable para su desarrollo (Bowlby,1.980). A su vez, el Mesosistema "comprende las relaciones de dos o más entornos en los que la persona participa activamente", allí, ocurren interacciones sociales entre personas que pertenecen a diferentes partes importantes de la vida de un niño, los vecinos, un club deportivo o la iglesia. Por otro lado, el Exosistema comprende aquellos entornos que no incluyen a la persona en desarrollo como participante activo, pero se producen hechos que afectan a la persona en desarrollo. Y por último, el Macrosistema refiere al sistema más amplio de creencias culturales, valores sociales, tendencias políticas y económicas que tienen un gran impacto en la vida de las personas y familias.

En esta oportunidad, me voy a centrar en la importancia de las relaciones familiares y grupo de pares conforme al desarrollo del niño (microsistema mesosistema). El sistema o entorno familiar es crucial, porque determina en gran medida el desarrollo de una persona desde el momento de su concepción, influye directamente en el individuo en crecimiento.

Desde la perspectiva que nos ocupa, la familia se define de la siguiente manera: "La familia es un conjunto organizado e interdependiente de personas en constante interacción que se regula por unas reglas y por funciones dinámicas que existen entre sí y con el exterior" (Minuchin,1.986).

En tanto conjunto, la familia es una totalidad, es decir, se forma a partir de valores y creencias compartidas, basados en experiencias vividas y tradiciones transmitidas generacionalmente. Con el tiempo, la cultura familiar crea una identidad firme que refuerza el sentimiento de pertenencia, ayudando de esta manera a desarrollar la identidad personal en relación con el entorno.

Por esta razón, también podemos encontrarnos frente a familias disfuncionales desde nuestra perspectiva de "normalidad" respecto a la idea que tenemos de nuestro propio sistema familiar, en cambio, este tipo de familias opta por convertir la disfuncionalidad en una manera de mantener un equilibrio y permanecer como un sistema estable dentro del entorno en el que se encuentran.

Como vimos anteriormente, la necesidad de ambientes que apoyen un desarrollo saludable es indispensable para el ser humano. Y pensándolo bien... ¿acaso esto no nos hace administradores responsables de la creación de Dios? Veamos las siguientes citas: "Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes" (Deut. 6:6-7). "Cuando tengan dificultades, ayúdense unos a otros. Esa es la manera de obedecer la ley de Cristo" (Gálatas 6:2).

La Biblia enseña la importancia de la educación y la disciplina dentro de la familia, como también de los pares, reflejando el amor y respeto mutuo como bases para el crecimiento saludable. Cada dimensión es fundamental, así que teniendo en cuenta el valor del entorno y las relaciones sociales en el desarrollo de las personas, podemos concluir que a partir del modelo ecológico y a la luz de las escrituras bíblicas, lograr integrar estos enfoques nos permite cultivar con éxito un desarrollo personal y social. En la vida diaria, aplicar estos principios involucra enseñar valores morales como responsabilidad, honestidad y respeto, promoviendo relaciones saludables basadas en amor en el hogar y la sociedad, practicar el perdón y la comprensión, resolviendo conflictos con diálogo y comprensión mutua. Apoyar el desarrollo integral implica participar en la educación, crear un ambiente emocional seguro y ayudar a fortalecer la vida espiritual con diversas actividades.

La Fundación Luz de Vida agradece a Abigail Largo por este tan valioso artículo. La Fundación trabaja fuertemente en "educar, prevenir y restaurar" a través de escuela para padres, talleres, consejería, contención familiar y grupos terapéuticos llamados "GRUPOS DE LUZ". íContáctenos! J. Newbery 508, S. S. de Jujuy. Comuníquese al 388-4479595, o ingrese a nuestra página de Facebook e Instagram: Fundación Luz de Vida. íEstamos para ayudarles!

 

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