A Javier Milei le debe durar todavía la algarabía por la primera ley obtenida en el Congreso Nacional. Sin número ni en diputados ni en senadores, logró nada menos que su Ley de Bases y Puntos de partida, versión corregida y disminuida de la original, pero que le permitirá iniciar la segunda etapa de su gobierno. Lo logró gracias a la cintura del único ministro político de su gabinete, Guillermo Francos, y a la fuerte negociación de trastienda de la secretaria general de la Presidencia, "El Jefe", su hermana Karina Milei. El abrazo de estos dos aquella noche del éxito en un palco del recinto coronó el logro. Eso tiene varias lecturas: la primera, que Milei sigue siendo el que encarna el liderazgo en las encuestas de opinión, con más del 54% de opinión favorable de promedio y mientras que entre sus opositores, ninguno se le arrima a menos de 25 puntos, tal fue el desgaste de la clase dirigente "tradicional", que sigue sin encontrar la fórmula para salir del pantano. Otra lectura es que en esa oposición, la aprobación de la Ley Bases, generó otros terremotos, más grietas y dejó en evidencia fracturas expuestas de difícil reducción. Jujuy es una demostración. El gobernador Carlos Sadir, en abierta oposición al presidente Martín Lousteau y otros, apoyó y celebró la Ley Bases y entre sus artículos, el nuevo Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (Rigi); la restitución del régimen de Ganancias, donde caerán unos 800 mil argentinos que tienen la suerte de ganar más de $1.800.000, y también la rebaja del sistema de bienes personales. En Jujuy, aquella votación del miércoles empató tres a tres. Por la aprobación, Jorge Rizzotti y Natalia Sarapura (UCR), y obviamente Manuel Quintar (LLA); por la negativa Alejandro Vilca (FIT), que castigó a la Ley Bases comparándola con la "ley banelco" de los tiempos de De La Rúa. Algo parecido brotó de la indignación de Leila Susana Chaher (UxP) que ya había castigado la sinuosa explicación de la senadora Carolina Moisés que aprobó el Rigi pero rechazó la Ley Bases, mientras el diputado Guillermo Snopek permaneció en un incómodo mutis por el foro. Carlitos Sadir, como todos los gobernadores que llegaron con Juntos por el Cambio, "los rebeldes de la opo", ahora tienen otro status de diálogo con el Gobierno nacional y pueden fijar sus esperanzas en alguna paulatina recuperación de las obras públicas, y esperar que agosto llegue rápido para que el "impuesto País" se reduzca de 17,5% a 7,5%, lo que acercaría a la Argentina al país normal tan anhelado.
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A Javier Milei le debe durar todavía la algarabía por la primera ley obtenida en el Congreso Nacional. Sin número ni en diputados ni en senadores, logró nada menos que su Ley de Bases y Puntos de partida, versión corregida y disminuida de la original, pero que le permitirá iniciar la segunda etapa de su gobierno. Lo logró gracias a la cintura del único ministro político de su gabinete, Guillermo Francos, y a la fuerte negociación de trastienda de la secretaria general de la Presidencia, "El Jefe", su hermana Karina Milei. El abrazo de estos dos aquella noche del éxito en un palco del recinto coronó el logro. Eso tiene varias lecturas: la primera, que Milei sigue siendo el que encarna el liderazgo en las encuestas de opinión, con más del 54% de opinión favorable de promedio y mientras que entre sus opositores, ninguno se le arrima a menos de 25 puntos, tal fue el desgaste de la clase dirigente "tradicional", que sigue sin encontrar la fórmula para salir del pantano. Otra lectura es que en esa oposición, la aprobación de la Ley Bases, generó otros terremotos, más grietas y dejó en evidencia fracturas expuestas de difícil reducción. Jujuy es una demostración. El gobernador Carlos Sadir, en abierta oposición al presidente Martín Lousteau y otros, apoyó y celebró la Ley Bases y entre sus artículos, el nuevo Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (Rigi); la restitución del régimen de Ganancias, donde caerán unos 800 mil argentinos que tienen la suerte de ganar más de $1.800.000, y también la rebaja del sistema de bienes personales. En Jujuy, aquella votación del miércoles empató tres a tres. Por la aprobación, Jorge Rizzotti y Natalia Sarapura (UCR), y obviamente Manuel Quintar (LLA); por la negativa Alejandro Vilca (FIT), que castigó a la Ley Bases comparándola con la "ley banelco" de los tiempos de De La Rúa. Algo parecido brotó de la indignación de Leila Susana Chaher (UxP) que ya había castigado la sinuosa explicación de la senadora Carolina Moisés que aprobó el Rigi pero rechazó la Ley Bases, mientras el diputado Guillermo Snopek permaneció en un incómodo mutis por el foro. Carlitos Sadir, como todos los gobernadores que llegaron con Juntos por el Cambio, "los rebeldes de la opo", ahora tienen otro status de diálogo con el Gobierno nacional y pueden fijar sus esperanzas en alguna paulatina recuperación de las obras públicas, y esperar que agosto llegue rápido para que el "impuesto País" se reduzca de 17,5% a 7,5%, lo que acercaría a la Argentina al país normal tan anhelado.
Mientras los libertarios, trabajosamente suman y siguen, en el país, "la cuestión radical" deberán resolverla los dirigentes y afiliados, cuanto antes, porque cada día que pasa (y que pierden) en la nebulosa de sus oscilaciones los alejan más de un futuro venturoso. La "cuestión de la Izquierda", sin posibilidades de cambios: ni extinción ni crecimiento, en la medida que sus propuestas sigan estancadas un siglo atrás. La "cuestión peronista" es más complicada tanto a nivel nacional como local.
Todavía Cristina Elisabet Fernández de Kirchner no encuentra un tono creíble para que su liderazgo recupere la potencia perdida. La Cámpora de Máximo K cuestionada desde los cuatro costados, los barones del conurbano tironeados desde la política y la Justicia, y las ambiciones de Axel Kicillof de convertirse en heredero y delfín de lo que haya (tesoros o despojos) desacomodan el discurso y la posición del PJ. Y Jujuy tiene sus propios condimentos: el 90 por ciento de los peronistas exige elecciones lo más rápido posible. Hasta la senadora Moisés que había planteado su desdén por las internas, ahora parece haber encontrado tiempo y ganas de participar, y hasta encontró una foto rodeada de los interventores Aníbal Fernández y Gustavo Menéndez, que sus operadores locales hicieron circular con cierta desesperación, como para no perder el tren. Dos "administrativos" llegados desde Buenos Aires, el apoderado Facundo Somosa y el asesor Lucas Scarcella, estuvieron unas horas en Jujuy sin poder contener la exigencia de las bases y se fueron como llegaron, dejando la tarea principal a los interventores que esta semana vendrían a ocuparse de Jujuy y sus temas. Lo cierto es que la interna local no podrá ser dilatada, por razones de sentido común y de oportunidad, a menos que el PJ nacional haya decidido ir a las elecciones del 2025 en Jujuy, con listas armadas desde Buenos Aires, lo que asoma como un disparate total. Ricardo Quintela, gobernador riojano e integrante de la mesa de acción política del PJ, dijo que "peleará por las internas de Jujuy" sobre todo, frente a la posibilidad de que en nuestra Provincia se vote en mayo.
Entusiasmados, los libertarios jujeños, aún con sus escandaletes internos, siguen sus campañas de afiliaciones en toda la Provincia. Y participan de reuniones importantes de las que los partidos tradicionales ni se enteran. En la coqueta y señorial casa de la empresa Ledesma de barrio Los Perales, "el círculo rojo" jujeño se reunió para analizar la situación provincial y puntualmente las tasas municipales que se recargan al precio de las naftas. Precisamente convocados por el presidente de la Cámara de Expendedores de Combustibles, Alfredo González, asistieron los pesos pesados del staff empresarial y productivo provincial. Unión Empresarios de Jujuy, Sociedad Rural, cámaras de la Construcción, Minera, Unión Industrial, productores vitivinícolas de la Quebrada, entre otros, compartieron preocupaciones. Sin embargo, la inesperada presencia del diputado nacional mileísta Manuel Quintar derivó la charla hacia una suerte de convocatoria del empresariado a respaldar las políticas y orientaciones de LLA. A pesar del tono cordial, no hubo definiciones al respeto, porque muchos expresaron dudas, temores y hasta posiciones francamente distantes de Javier Milei. Pero mientras algunos se enredan con los cordones de sus propios zapatos, otros miran la política hacia adelante. Arranca la segunda mitad del año, y parece que esto recién comienza...