Decimos amar al otro, pero internamente y conductualmente decis: "Hazte cargo de mí. Satisface todos mis anhelos y carencias, Cuidame. Complétame".
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Decimos amar al otro, pero internamente y conductualmente decis: "Hazte cargo de mí. Satisface todos mis anhelos y carencias, Cuidame. Complétame".
Qué pasaría si cada uno se en-cargara de gestionar sus emociones, acciones y dejar de cargar al otro con sus frustraciones, sus vacíos, sus apegos.
Las heridas de la infancia no se actualizan a no ser que registremos y nos hagamos cargo.
De todo lo que no me hago cargo, luego es lo que cargaré a la relación de pareja y luego a la relación con los hijos.
No poder vernos es algo muy caro, en especial hipoteca nuestra felicidad y paz y también la de los demás.
Muchos se abren a relaciones ausentes de responsabilidad.
Son los que luego culpan al otro y tienen un inventario de todas las fallas del otro, pero no pueden verse a sí mismos.
Si el adulto se desdibuja de la relación, lo que tenemos son niños heridos, manipuladores. Los niños demandan que se esté pendiente de ellos todo el tiempo.
Nunca te preguntaste que si estás en una relación hay un 50% de que es plenamente tuyo?
Por Pamela Arraya (*) Licenciada en Psicología; coach ontológico profesional; magíster en Salud Pública con mención en Atención primaria de la salud; especialista en Salud Pública; consteladora; facilitadora en procesos de comunicación, resolución de conflictos, expansión de la conciencia, liderazgo; coordinación de grupos y conciencia de redes; y facilitadora en entrenamientos a líderes gestiones de oratoria y comunicación.