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Cerrando el año con conciencia y transformación

Miércoles, 11 de diciembre de 2024 01:03

Y diciembre nos alcanzó, en un ritmo vertiginoso, incierto, cansador, quizás estresante.

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Y diciembre nos alcanzó, en un ritmo vertiginoso, incierto, cansador, quizás estresante.

Para algunos el automático seguirá, seguirá la compra posible o la compra compulsiva, se exacerbarán algunas situaciones familiares, el ruido llevará al afuera, o para algunos será posible decidir y en medio del acelere, hacer pausa, paréntesis, silencio, conexión.

No podemos cambiar los ritmos, pero sí el tempo, como en la música ir a un adagietto, adagio, a un allegro.

También he elegido explorar lo que Joe Dispenza plantea con respecto al espacio en el espacio. He fragmentado pequeños momentos en momentos más pequeños; en ellos hay una eternidad. Porque el tiempo habitado es infinitud.

Te traigo estas imágenes del tiempo, para invitarte a salir de esa sensación de aceleración típica de diciembre. Regálate esas cosas que no se compran ni se venden, como el amor, el tiempo, la conciencia, la vida, la presencia, el balance, el poder cerrar, el poder abrir, el silencio, la escucha...

Te comparto algunas preguntas y maneras conscientes de cerrar el año, para que sea un momento de aprendizajes y transformaciones.

¿Qué tienes aún en tu vida que no te permite ir a lo nuevo? ¿Dónde quedó retenida tu energía? Quizás sea el momento de cerrar las Gestalts Incompletas.

Me preguntarás qué es una gestalt inconclusa, es un concepto clave de la terapia Gestalt que se refiere a una experiencia, situación o necesidad que no ha sido completada, resuelta o integrada adecuadamente en la vida de una persona. Estas "gestalts" abiertas pueden generar tensiones emocionales, patrones repetitivos de comportamiento o malestar psicológico, ya que la energía asociada a esa experiencia queda atrapada, impidiendo que la persona avance de manera plena.

Algunos ejemplos comunes de gestalts inconclusas son relaciones no resueltas: una conversación importante que nunca ocurrió, un perdón no expresado o el duelo por una pérdida que no se procesó adecuadamente.

Necesidades insatisfechas: deseos o metas que la persona no pudo alcanzar y que siguen generando frustración o insatisfacción.

Traumas pasados: Experiencias dolorosas o impactantes que no han sido completamente procesadas y siguen afectando la vida presente.

Muchas veces se elige la incomodidad por temor a la incertidumbre del cambio, se elige el no cambio por temor a confrontar, quedarse en lo conocido en lugar de ir a lo nuevo, quedarse en la rumiación obsesiva como si fuese una práctica forense de análisis de lo muerto (muchas veces en la búsqueda de quien fue el culpable o tratando de aliviar la culpa y sentirse inocente), en lugar de reconocernos en el 100% de la responsabilidad cuando corresponde y el 50% cuando la cosa es de a dos. Quedándonos en una suerte de estancamiento o con muchas ventanas abiertas.

Este no cerrar tiene un alto costo, la propia felicidad, el éxito, la abundancia, la paz. . .

Para poder ver, es necesario poder detenernos. Ir al presente. Sin juegos de manipulación, sin víctimas ni victimarios.

Esta acción implica la capacidad de poder ser conscientes, de vivir con responsabilidad, con sentido. El sentido no es algo que existe a priori, es algo que sólo cada uno puede otorgar. ¿Cuál es el sentido de tu vida? ¿Tienes centro propio o dependes?

Despojarse para ver con claridad. Vamos a una historia de inspiración, Victor Frank, médico psiquiatra, filósofo estando en condición de holocausto, en humillación, separado de sus seres queridos, abre el concepto existencial del Sentido de la vida. Una experiencia que me ha impactado a lo largo de los años es aquella que se plasma en su frase, en la que describe su experiencia al ser despojado de todo, incluida su lapicera, se encuentra en su obra "El hombre en busca de sentido". Allí relata cómo, al llegar al campo de concentración, fue obligado a quitarse la ropa y entregar todas sus pertenencias, lo que le llevó a una profunda reflexión existencial:

"De repente, me di cuenta de que había perdido todo aquello que hasta entonces había constituido mi vida: mi hogar, mi familia, mi fortuna, mi posición social... Me quedé de pie, desnudo, en el verdadero sentido de la palabra, y me di cuenta de que yo no era más que un ser humano; nada más y nada menos".

Este momento lo llevó a reflexionar sobre la esencia de la existencia humana, más allá de las posesiones y roles externos, resaltando la capacidad de encontrar un sentido incluso en las circunstancias más extremas

Algunas de sus frases son: "nuestra única posesión es la existencia desnuda". "Quien tiene algo por qué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo...".

Despójate de tus narrativas, de tus frustraciones, párate desnudo frente al espejo y mírate a los ojos. Sin nada llegamos al mundo y así nos vamos. Mira más allá de todo y ve en tu mirada. ¿Qué ves? ¿Qué te hace vibrar? ¿Qué cuentas emocionales tienes pendientes? Observa lo que sientes. Actualiza tu conciencia y pon a correr el antivirus.

Luego te invito a las siguientes acciones: Haz una lista de proyectos, conversaciones o compromisos que quedaron inconclusos. Pregúntate si aún tienen relevancia para ti y decide si es el momento de concluirlos, delegarlos o soltarlos. Completar o cerrar ciclos te libera de cargas emocionales y energéticas, dejando espacio para lo nuevo.

Practica la presencia: reflexiona sobre los momentos más significativos del año y lo que aprendiste de ellos.La conciencia plena te ayudará a valorar el camino recorrido. Reconoce lo que es y lo que fue: reconoce tus logros y también tus dificultades sin juicio. Observa cómo estas experiencias contribuyeron a tu crecimiento. Desde la aceptación, podemos integrar las lecciones del año.

Agradece desde el corazón. Practica la gratitud: haz una lista de personas, eventos o circunstancias que hayan sido significativos para ti. Si lo sientes necesario, exprésales tu gratitud a esas personas.

Reflexiona sobre tus necesidades. ¿Qué necesidades satisfechas e insatisfechas identificas al mirar hacia atrás? Este ejercicio te ayudará a reconocer cómo quieres nutrirte en el próximo año. Libérate de lo que no te sirve. Identifica patrones, relaciones o hábitos que te desgastaron este año. Haz un ritual simbólico de despedida para soltarlos y avanzar más liviano. Puedes escribirlos y luego quemar el papel como acto de cierre. Crea un espacio para lo nuevo. Reflexiona sobre tus sueños y deseos para el próximo año. Plantéalos desde una perspectiva sentida, desde el corazón, alineándolos con tus valores y propósito. Lo que viene del corazón, con emoción es un motor que desafía creencias y límites. Se expande, abriéndose camino. Imagina cómo sería vivirlos, siente esa energía y utiliza esa inspiración como guía.

Celebra tus avances y celebra también el avance de las personas significativas para ti. Reconoce lo que hayas logrado y celébralo. Puede ser un brindis contigo mismo, un momento de autorregalo o simplemente una pausa para apreciar tu esfuerzo. Celebra también los avances de las personas que amas, el reconocer en el otro es una expresión de salir de los egoísmos personales, de las envidias. La gratitud, la alegría son fuentes energéticas creadoras de alta potencia

Cerrar el año desde la Gestalt es un acto consciente y liberador, que te permite integrar lo vivido y proyectarte hacia el futuro desde un lugar de autenticidad y equilibrio.

 

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