Cuando la confianza y la determinación son constantes en la vida de una persona, se revelan de la manera más verdadera para que sucedan milagros y que todos los eventos que continúen en cadena, sean afortunados.
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Cuando la confianza y la determinación son constantes en la vida de una persona, se revelan de la manera más verdadera para que sucedan milagros y que todos los eventos que continúen en cadena, sean afortunados.
Y de la experiencia aprendió María Evangelina Vildoza, quien siendo apenas una niña en Yuto; supo afianzar una mentalidad madura.
Es que al ser la mayor de once hermanos y comprender que la situación económica era difícil, decidió emprender viaje hacia San Salvador de Jujuy para estudiar y formarse primero en la Escuela N° 38 "Juanita Stevens" y la secundaria en el Comercial N° 2 "Conquista del Desierto" de Palpalá.
"A esa edad era una nena todavía, pero gracias a Dios se me cruzaron buenas personas en mi camino", expresó María Evangelina Vildoza que a la par del estudio; a los trece años fue niñera y, conforme fue creciendo, en su juventud; como empleada doméstica, para terminar sus estudios en clases nocturnas. La vida le depararía la fortuna de continuar labores en un supermercado como repositora y cajera; además de ser empleada en una estación de servicio por doce años. No obstante, después de su desempeño en relación de dependencia, un instinto la condujo a estudiar peluquería, a sus treinta y siete años. Con los conocimientos listos para aplicarlos, su familia y sus amigos determinaron su rumbo. Enseguida, se direccionó a los trabajos a domicilio para hacerse conocida y así fue ganando clientes. "Con lo que iba teniendo, fui comprando tijeras, sillas y lava-cabezas, espejos, progresivamente", dijo la jujeña enfocada en progresar. Más tarde, en el sector B 6 abrió un pequeño local por un año, luego pudo alquilar otro espacio donde colocó un gabinete de depilación y perfilado de cejas. "No dejé de capacitarme porque hay que hacerlo siempre, cada vez se realiza el perfeccionamiento para estar actualizada", recordó. Con el tiempo, una de las clientes le abrió el pensamiento sobre enseñar sus conocimientos. Y fue algo que le encantó. "Lo tomé como una nueva experiencia, era un pendiente porque me gustaba la enseñanza y dicté talleres", contó.
De esta iniciativa, pasaron cuatro años; siendo una de las primeras en tener la oportunidad en las 150 Hectáreas. A nivel humano le enseñó a superarse cada vez; sin depender de horarios. "Hoy tengo un montón de alumnas que quieren crecer en este oficio que da muchas satisfacciones. Yo trato de dar lo mejor para que puedan seguir adelante", contó.
Su idea principal fue dejar el cabello brillante a sus primeros clientes y luego el leit motiv que la impulsaba fue ser independiente, con oficio determinado y autosuficiencia. Hoy mirando diez años hacia atrás; conoció de alegrías y obtuvo aprendizajes que le dieron gratas oportunidades.
Inolvidables fueron sus experiencias porque le tocó hacer el maquillaje y el peinado a jovencitas de quince años y a novias para matrimonio. "Lo más emocionante fue ser parte del evento de los quince años que organiza el municipio. Fueron tres años de gran trabajo donde todo fue masivo, con los encuentros, las sensaciones y una gran producción que me enorgulleció", explicó Vildoza.
Las emociones y momentos de sensibilidad acompañaron su vida gracias al amor de sus hermanos y de ser madre de una joven de veinticinco años. Cada momento de su existencia fue vivido como grandes vivencias que la movilizaron en todo sentido. Trenzas, rodetes y cortes, corresponden al universo capilar del que es parte con cariño. "El peinado es el marco del rostro, para eso también hay que tener un conocimiento sobre las dimensiones de la cara; que puede ser redonda, cuadrada o rectangular; según los rasgos", detalló mientras no olvidaba decir que el peinado siempre tiene que estar acorde a la forma del rostro.
Es así que para María Evangelina la peluquería es un desafío que le fascinó atravesar. "La veía a mi mamá que quería ser peluquera, ella nos cortaba el pelo. Me acuerdo cuando me levantaba a las cinco de la mañana haciendo frío o calor, para estudiar", reveló. Es que todo es sacrificio y ya en su presente se emociona por los logros obtenidos. "Vivo en Alto Comedero y estoy construyendo para tener mi peluquería y mi gabinete cerca de la avenida intersindical; el mes que viene voy a inaugurar", indicó quien conoce a la perfección la cultura del trabajo desde que era una niña.