Gimnasia tuvo una muy buena temporada, pero al final decayó su rendimiento y terminó diciendo adiós temprano a la chance de ascender a la Liga Profesional, más allá de estar involucrado en el gran escándalo con Deportivo Madryn.
El equipo dirigido por Matías Módolo fue protagonista en serio de la Primera Nacional, algo que llevó a que los hinchas volvieran al estadio "23 de Agosto" y se ilusionaran en serio.
Siempre en los puestos de vanguardia, el "lobo" metió miedo en su casa y se hizo respetar afuera. La idea del DT era simple y contundente: presionar sobre la salida del rival, manejar la pelota y tratar de "lastimar" con los grandotes de arriba, Alejandro Quintana, Cristian Menéndez y después con "Tortuga" Fernández.
Así se fueron dando los resultados hasta llegar a la cima de la Zona B, que la disfrutó durante catorce fechas consecutivas, en solitario o de manera compartida.
Pero después de volverle a ganar el clásico a Central Norte de Salta, esta vez en Jujuy, el equipo sufrió un bajón del cual no pudo salir.
Las lesiones y suspensiones sucesivas empezaron a hacer sentir en la producción colectiva. Entonces, aquel fútbol asociado se fue diluyendo y aparecieron problemas defensivos -la pelota parada en contra pasó a ser una pesadilla- y en la ofensiva se equivocó el camino al tirar centros más centros.
De esta manera, Gimnasia se transformó en un equipo predecible y las cuatro caídas al hilo en la parte final de la competencia regular fueron determinantes.
Pudo ganar de nuevo en el cierre, pero no alcanzó para ni para terminar entre los cuatro primeros. Fue quinto y perdió la ventaja deportiva. Ya en los "mano a mano" del Reducido enfrentó en el reducto del barrio Luján a San Miguel (quinto de la Zona A, pero con menos puntos) y le alcanzó al dueño de casa con un empate para seguir en carrera. El tema es que después debía verse las caras con Deportivo Madryn, que había perdido la primer final por el ascenso directo. En el ambiente del fútbol, todos hablaban que se trataba del club "señalado" para lograr el boleto a la "A".
La cuestión que el día del partido, el "lobo" ganaba al cabo del primer tiempo por uno a cero cuando de repente la terna arbitral no salía a jugar el complemento. En el "23 de Agosto" todo era desconcierto hasta que el presidente de la entidad sureña, Ricardo Sastre, informó que el encuentro estaba suspendido por falta de garantías. O sea, hizo de vocero del referí Lucas Comesaña, que luego elevó un informe lapidario contra Gimnasia, argumentado que fue amenazado de ir preso, señalando el dirigente Leandro Meyer. Le dieron por perdido el partido 3 a 0 y en la revancha, ya sin ánimos, cayó 1 a 0. Módolo dijo adiós y llegó Hernán Pellerano que prometió trabajo duro para ser protagonista de nuevo, pero con otro final.