El mercado editorial ruso proyecta un cierre de año con cifras positivas en términos de facturación. Según informó la Unión del Libro de Rusia, se espera que las ventas de libros impresos alcancen un total de entre 107.000 y 110.000 millones de rublos (aproximadamente 1.300 millones de dólares), lo que representa un incremento de entre el 10 y el 12 por ciento respecto al año anterior.
A pesar de este crecimiento en ingresos monetarios, el sector enfrenta una transformación estructural debido a la caída en la circulación de ejemplares físicos y el cierre de comercios tradicionales, según supo la Agencia Noticias Argentinas. Sergei Stepashin, presidente de la entidad, destacó que mientras el papel mantiene su relevancia económica, los formatos digitales ya representan casi una cuarta parte del mercado total.
Desafíos en la infraestructura y auge digital
El informe detalló una situación ambivalente para la industria editorial rusa, marcada por la digitalización y la crisis de la venta minorista presencial:
- Cierre de librerías: En los últimos dos años, 286 librerías bajaron sus persianas, lo que implica una reducción del 11,3 por ciento en la infraestructura del país.
- Formatos digitales: Los libros electrónicos y los audiolibros continúan ganando terreno, consolidándose como una opción preferida para los nuevos hábitos de consumo.
- Circulación impresa: Se estima que el número de ejemplares impresos caerá un 3 por ciento, situándose en torno a los 226 millones de copias.
Stepashin subrayó que el crecimiento en la facturación se mantiene firme "a pesar de los desafíos que enfrenta el comercio minorista tradicional", reflejando una resiliencia del sector ante los cambios económicos y tecnológicos que atraviesa Rusia al cierre de este año.