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11 de Diciembre,  Jujuy, Argentina
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Reunieron 70 personas para plantar 20 mil queñoas

La Asociación Árbol y Vida lleva años en el proyecto y cumplió otra etapa en Santa Catalina con 20.000 implantadas.
Jueves, 11 de diciembre de 2025 00:00
EZEQUIEL MEDINA | EL FRENTE DE LA INICIATIVA DE ÁRBOL Y VIDA.

En una movilización colectiva que reunió a casi 70 personas entre voluntarios, comunidades locales, autoridades municipales y organizaciones ambientales, la Asociación Árbol y Vida logró plantar casi 20.000 árboles de queñoa en la localidad puneña de Santa Catalina. La iniciativa forma parte de su objetivo anual de reforestar 30.000 ejemplares en la Puna y otros 40.000 en los bosques montanos de las Yungas.

Se trata de la iniciativa de la Asociación Árbol y Vida, un colectivo de 15 personas que trabaja desde 2021 en esta región quien se puso como objetivo logró plantar cerca de 20.000 ejemplares en una sola jornada. "Teníamos que lograr 30.000 árboles en un día, pero se nos hizo mucho. Casi llegamos a 20.000, y ahora en enero vamos a terminar de plantar los 30.000 para lo que es el sector de la Puna", explicó Ezequiel Medina, fundador de la asociación.

FAMILIA DE SANTA CATALINA | PIDIERON IMPLANTAR EN SU PROPIEDAD.

Esta movilización no fue espontánea. Forma parte de un plan más amplio, este año "Árbol y Vida" se propuso reforestar 30.000 queñoas en la Puna y 40.000 en los bosques montanos de las Yungas. "Venimos trabajando ya cinco años. Tenemos nuevos objetivos, y este año es uno de los más ambiciosos", dijo el ingeniero agrónomo quien en 2024 fue distinguido por la iniciativa con el Premio Balseiro a la Investigación Joven por su triple impacto en producción y ambiente.

En ésta etapa del proyecto, el esfuerzo fue interinstitucional y colectivo ya que contaron con el apoyo del municipio de Santa Catalina, comunidades locales, voluntarios de distintos puntos del país e incluso de una organización peruana, Acción Andina. "A nosotros nos da una mano Acción Andina, una organización de Perú. Pero todo esto, aunque se ve al final en el día de la plantación, es un trabajo que lleva su tiempo, un poco más de un año", detalló.

El proceso comenzó mucho antes de configurar esta gran movida para la plantación. Primero, se trabajó con las comunidades para identificar zonas de recolección de semillas, luego se producen los plantines en invernaderos, se los cuida durante meses y se seleccionan los mejores ejemplares.

GRAN CONVOCATORIA | CON COMUNIDADES Y VOLUNTARIOS.

Además, se articula con autoridades locales, técnicos y vecinos para definir los sitios de siembra. "Salimos a recolectar las semillas, trabajamos en el invernadero, producimos los arbolitos, cuidamos que crezcan sanos, que tengan el tamaño suficiente, vemos el sitio para plantar... recién ahí empezamos a plantar", explicó.

La elección de la queñoa no fue casual, se trata de una especie clave en los ecosistemas altoandinos, y eligieron trabajar con dos variedades principales para este proyecto, Polylepis australis, que crece en los bosques húmedos de las Yungas, y Polylepis tomentella, adaptada a la aridez de la Puna, ya que ambas están amenazadas. "Está en cierta categoría de peligro ya sea por la actividad antrópica, la deforestación, un mal manejo de la ganadería, apertura de caminos y el cambio climático", afirmó Medina.

ARDUO TRABAJO MANUAL

A pesar del estereotipo de la Puna como un paisaje desértico, el agrónomo aclaró que allí sí hay vida, pese a la gran altura de más de 3.000 msmn y la gran amplitud térmica de entre 20° y -20°. "Se consensúa con las comunidades de Santa Catalina para plantar estos árboles con el fin de que, como ahí hay arroyos y ríos, esa agua se pueda conservar y mantener también para el uso de los pobladores de la Puna", explicó. En un caso particular, una vecina de nombre Roberta, solicitó la plantación en su terreno, "Era el sueño de su padre de reforestar con queñoa, y estamos pudiendo hacerlo realidad", dijo.

El próximo desafío será el Parque Provincial Potrero de Yala. Allí anticipó que la siembra será más lenta debido a que el terreno es abrupto, las lluvias son abundantes y los protocolos de conservación más estrictos para poder avanzar. "Vamos a ir un poco más despacio porque hay que caminar y, al haber mucha lluvia, debemos seguir los protocolos", anticipó Medina y explicó que ya han establecido vínculos con el Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de Jujuy, guardaparques y pobladores de la reserva.

LLEVANDO LOS PLANTINES PREPARADOS

Pero consideró que el verdadero éxito no se mide en el día de la plantación, sino que se verá en las próximas décadas. "Esto es algo que no se termina, porque después nosotros vamos monitoreando cómo crecen esos árboles", dijo. Aunque muchos de los nuevos ejemplares aún están "tapados por los pastos, los arbustos, las tolas", Medina confía en que con el tiempo se convertirán en bosques visibles.

"El objetivo final no es la plantación, no es el trabajo de plantar, sino poder ver el bosque", concluyó Medina y destacó, que el verdadero éxito será poder ver un pequeño bosque .

 

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