Con perfume de pan recién horneado, coronas y dulces artesanales, comenzó la tradicional Feria de Ofrendas y las Flores en el Centro Cultural "Manuel Belgrano" de esta capital, donde decenas de familias exponen y venden estos productos con los que se homenajea a los fieles difuntos, manteniendo viva una de las costumbres más importantes de Jujuy.
Entre los primeros puestos, Noemí Bueno, una vendedora de larga trayectoria acompañada de su madre, comentó: "Nosotras llevamos muchos años viniendo, mi mamá es vendedora antigua y siempre la acompañamos. Hoy la venta estuvo más o menos, todavía no vino mucha gente, pero esperamos que mañana (por hoy) mejore", contó.
El puesto de Noemí se destaca por la variedad de flores y coronas que confeccionan artesanalmente. "Trabajamos con tiempo, hace dos meses que empezamos con las coronas porque las hacemos nosotras. Las flores las compramos ayer, fuimos hasta Perico para conseguirlas", explicó.
Entre los productos más buscados mencionó las margaritas, bodecias, bocas de conejo y siemprevivas. Sin embargo, advirtió que algunos precios se incrementaron.
Unos metros más adelante, Lidia Sarapura, vecina de Alto Comedero, también colocó su puesto en la feria. Al respecto dijo: "Hace media hora llegué y ya casi no tengo nada, gracias a Dios tengo muchísima clientela", comentó mientras reponía su mercadería.
Sarapura elabora capias, mantecados, pastafloras y panes dulces y salados, todos elementos esenciales en las mesas de ofrendas. "Esto es un negocio familiar, una pequeña empresa donde trabajamos todos los que podemos en casa. Empezamos a prepararnos tres días antes, casi sin dormir, porque se demora mucho en elaborar cada figura", contó acerca de su negocio.
Para ella, más allá de la venta, la feria tiene un profundo significado espiritual: "Esta es una tradición muy importante, es el momento en el que las familias esperan a sus seres queridos. Las almitas llegan el 31 a la medianoche, por eso hay que tener la mesa lista. Hay símbolos que no pueden faltar: la cruz, la palomita del Espíritu Santo, el muñeco que representa a un familiar".
Con emoción, contó que cada año más jóvenes se acercan para continuar la costumbre: "Hasta los chicos vienen y dicen `mi abuela me enseñó, quiero poner una ofrenda´, eso es lo lindo, que no se pierda".
Por su parte Margarita Guzmán, quien desde hace 18 años ofrece sus tradicionales caramelos artesanales amasados a mano, dijo: "Venimos desde la época en que la feria estaba en la terminal vieja. Todo lo hacemos en familia, mamá, papá, hijos y nietos", relató.
En su colorido puesto se pueden encontrar flores, pinitos, paletas, corazones, canastas y bastones, todos elaborados con caramelo artesanal. "Nos lleva unas dos semanas de trabajo, porque son tres días de feria y hay que preparar bastante producción", explicó.
Este año, decidió participar un día antes de lo habitual. " Por suerte estuvo muy lindo, vendí bien y espero que mañana y pasado sean como siempre hermosos", dijo.
Con una mezcla de fe, memoria y trabajo artesanal, la Feria de Ofrendas es un espacio que mantiene viva la tradición jujeña, entre panes, flores, coronas, caramelos y figuras de azúcar se combinan con la emoción de quienes año tras año preparan con devoción la llegada de las queridas "almitas".
 
  
 