El templo matriz se vistió de fiesta con la colorida presencia de las imágenes de la Virgen, cuyos devotos se congregaron para vivir la fiesta litúrgica de la Asunción de María y la festividad de las advocaciones marianas de Urkupiña y Chaguaya. La festividad se vivió a pleno con una multitudinaria misa y procesión, donde se puso de manifiesto la religiosidad popular con el acompañamiento de la banda y la mágica danza de la morenada.
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El templo matriz se vistió de fiesta con la colorida presencia de las imágenes de la Virgen, cuyos devotos se congregaron para vivir la fiesta litúrgica de la Asunción de María y la festividad de las advocaciones marianas de Urkupiña y Chaguaya. La festividad se vivió a pleno con una multitudinaria misa y procesión, donde se puso de manifiesto la religiosidad popular con el acompañamiento de la banda y la mágica danza de la morenada.
Como ya es tradicional ante esta celebración litúrgica de la Asunción de María, desde distintos puntos, devotos llegan portando las imágenes de la Virgen de Urkupiña y la Virgen de Chaguaya, devociones que tuvieron su origen el vecino país de Bolivia.
“Hoy, celebramos la gloria de Dios en la Virgen María Madre, porque ella supo encarnar y vivir en su corazón el misterio de Dios. El gozo es expresado en el novenario o el quincenario, en las serenatas, en la vigilia, esperando la fiesta de la Asunción, porque nuestra Mamita está en la presencia de Dios, pero cumpliendo el mandato de su hijo, permanece con nosotros. María nos acompaña, nos guía, nos protege, nos consuela, nos anima, se alegra de nuestros logros y el ver a sus hijos unidos en torno a la palabra y a la eucaristía”, dijo en su homilía el padre Daniel Alberto Baca.
En otro tramo sostuvo que María nos enseña que para llegar ante la presencia de Dios, como ella debemos escuchar su palabra y cumplirla. “Ella aceptó ser la madre de Dios con todas las exigencias que eso representó. Las alegrías de Nazareth, las preocupaciones en Jerusalén, el dolor inmenso de la cruz. Todo lo abrazó la Virgen. A nosotros también de distintas maneras, Dios, a través de su palabra, nos está llamando a cumplir la misión que cada uno tiene en la familia, en la comunidad, en el trabajo. La Virgen nos enseña a llegar al cielo uniéndonos a Cristo, viviendo la palabra en la vida, participando en el misterio de su muerte y resurrección para participar de la vida del reino en la presencia del Señor”, finalizó.
Durante la celebración el sacerdote sahumó las imágenes y las bendijo. Una vez finalizada la misa, se realizó la procesión por las calles céntricas Mitre, con el acompañamiento de la banda, la morenada y danza de los devotos.
Para finalizar, los portadores de las imágenes se ubicaron en el atrio para participar de la danza y el saludo de despedida.
Devoción
En entrevista con nuestro diario, el esclavo de la imagen de la Virgen de Chaguaya Lisandro Matías, relató que la imagen de la familia Matías-Celi, lleva doce años en San Pedro de Jujuy. “La imagen vino de Tarija, Bolivia y llegó por la devoción de la familia que realizó un pedido que la Virgen concedió. Agradeciendo esos favores recibidos, junto a mi madre Florentina Celi,y mi hermano Héctor, asumimos el compromiso de traer la imagen de la Virgen de Chaguaya y hacer conocer la devoción. Se realiza la novena, una gran serenata y la misa en este día especial de la Asunción de la Virgen María. Este año no se realizó por la situación económica que atraviesa el país” dijo el joven.