En un clima de profunda emoción, la feligresía de La Quiaca y toda la Puna despidió a los sacerdotes Pedro Olmedo y Miguel García Carreño, que regresan a su Sevilla natal y dejan una huella imborrable en los pobladores.
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En un clima de profunda emoción, la feligresía de La Quiaca y toda la Puna despidió a los sacerdotes Pedro Olmedo y Miguel García Carreño, que regresan a su Sevilla natal y dejan una huella imborrable en los pobladores.
La nostalgia del desarraigo y el agradecimiento tanto a las muestras de afecto recibidas como al trabajo en equipo de toda la comunidad religiosa fueron los ejes centrales de las palabras de los sacerdotes, después de décadas dedicadas a los pueblos del norte jujeño.
La celebración de la última misa de ambos religiosos se realizó en plaza Centenario de la ciudad fronteriza, ante una multitud de asistentes, que inclusive se llegaron de otros lugares de los departamentos de Yavi, Santa Catalina y el norte salteño.
La homilía contó con la presencia del intendente Dante Velázquez, integrantes del gabinete municipal y otras figuras locales destacadas, que aprovecharon la ocasión para mostrarles su gratitud a Olmedo y García.
La misa tuvo un clima distendido pero una profunda devoción en la soleada mañana quiaqueña. Al culminar la misma, los presentes no pudieron aguardar y rodearon a los sacerdotes, brindándoles regalos e innumerables muestras de afecto. Las lágrimas de Pedro y Miguel también se extendieron a los asistentes.
En ese ínterin, el jefe comunal quiaqueño hizo entrega de la misiva por la cual ambos sacerdotes fueron declarados Ciudadanos Ilustres de La Quiaca.
Seguidamente, referentes de distintas comunidades puneñas agradecieron infinitamente la labor social, de contención y hasta sanitaria que durante todo este tiempo brindaron los curas "coyas", como fueron denominados, mientras se escuchaban relatos de vida en los cuales los religiosos fueron protagonistas.
La fila de personas que continuaba despidiéndose con emotivos abrazos y lágrimas se hizo interminable en un momento, pero luego hubo tiempo para compartir un almuerzo comunitario.
Olmedo, obispo emérito de la Prelatura de Humahuaca, y García también fueron homenajeados en otros lugares de la Puna y Quebrada en estos días. Por ejemplo en Rinconada, ambos sacerdotes fueron agasajados y recibieron el afecto de la comunidad y durante la misa recordaron al padre Eduardo, quien se desempeñó en el lugar y falleció hace diez años.
Hoy también habrá un homenaje en la capital jujeña, en un encuentro organizado por el obispo César Daniel Fernández y del cual también participarán el obispo de la Prelatura humahuaqueña, Félix Paredes Cruz, y posiblemente el arzobispo de Salta, Mario Cargnello. Se prevé un oficio religioso a cargo de Olmedo, quien mañana a la mañana regresa a España junto a García Carreño.