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25 de Junio,  Jujuy, Argentina
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La importancia de la presencia en relaciones

Lunes, 07 de octubre de 2024 01:04

En la era de la hiperconexión digital y el ritmo frenético de la vida moderna, el concepto de presencia se ha convertido en un bien cada vez más escaso. La ironía de vivir en un mundo donde es posible comunicarse al instante con alguien en la otra punta del planeta, es que, al mismo tiempo, solemos estar ausentes de quienes tenemos más cerca.

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En la era de la hiperconexión digital y el ritmo frenético de la vida moderna, el concepto de presencia se ha convertido en un bien cada vez más escaso. La ironía de vivir en un mundo donde es posible comunicarse al instante con alguien en la otra punta del planeta, es que, al mismo tiempo, solemos estar ausentes de quienes tenemos más cerca.

La presencia auténtica en las relaciones no se trata solo de estar físicamente juntos, sino de involucrarse completamente con el otro, de ser capaces de ofrecer atención plena y de compartir una conexión genuina.

Cuando estamos realmente presentes con alguien, trascendemos la mera comunicación verbal. Nuestro lenguaje corporal, nuestros gestos, la mirada, y hasta el silencio se vuelven puentes para un entendimiento más profundo. La presencia es la cualidad de estar y permanecer, de mostrarnos abiertos y vulnerables, dispuestos a recibir al otro sin juicios.

En este estado, creamos un espacio seguro en el que las personas se sienten vistas y comprendidas. A su vez, nosotros también nos enriquecemos, porque al dar nuestra presencia, recibimos la del otro.

Sin embargo, a menudo, este tipo de presencia se ve saboteada por la sobre estimulación y la prisa. Muchas veces estamos "con" alguien, pero no "ahí" realmente. Escuchamos solo para responder, oímos solo aquello, que valida nuestro punto de vista, y miramos solo para evaluar. Estos patrones no solo empobrecen la calidad de nuestras relaciones, sino que también nos desconectan de nosotros mismos.

¿Cuántas veces has sentido que estabas físicamente en un lugar, pero con la mente a miles de kilómetros? Cuando no estamos presentes, perdemos la oportunidad de experimentar el momento tal y como es, con todas sus sutilezas y detalles.

La importancia de la presencia en las relaciones radica en su poder para nutrirlas y fortalecerlas. Es un antídoto contra la superficialidad y la indiferencia. Un encuentro genuino, sin la interferencia de distracciones, profundiza la intimidad y la confianza.

Cuando alguien se siente escuchado, valorado y entendido, se genera un vínculo de respeto y reciprocidad. Además, practicar la presencia nos ayuda a ser más empáticos y compasivos. Al estar atentos a las señales sutiles del otro, como su tono de voz, sus expresiones faciales o su lenguaje corporal, somos capaces de percibir sus emociones más allá de las palabras. Esto nos permite responder de manera más asertiva y, a menudo, más amorosa.

Para cultivar esta presencia en las relaciones, es necesario detenerse y dejar de lado, aunque sea por unos momentos, las prisas y el ruido mental.

Una conversación profunda, una mirada que no esquiva, o un silencio compartido pueden decir más que mil palabras.

Por ello, apagar el teléfono, cerrar la computadora, y dedicar unos minutos para estar realmente con el otro, es un acto de amor y de respeto que habla de quiénes somos y de cuánto valoramos nuestras relaciones.

La presencia auténtica no es algo que se pueda forzar. Es un regalo que surge cuando dejamos de lado las expectativas y simplemente nos disponemos a "ser".

En un mundo que nos empuja a la multitarea y la distracción constante, el simple hecho de estar plenamente con alguien se convierte en un acto de rebelión. La verdadera presencia, por tanto, no solo transforma nuestras relaciones; también nos transforma a nosotros. Nos devuelve a lo esencial, a lo que importa: el momento presente y la conexión humana real. Namasté. Mariposa Luna Mágica.

 

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