Cuando la pasión por el agua se hace real y cotidiana, nada es imposible para esta jujeña que terminó por enamorarse de Oceanía. Es que la vida le tenía una sorpresa preparada desde el preciso instante en 2018, cuando que decidió volar a aquel destino que la llevaría a conocer una ciudad tan alucinante como Sídney. "Siempre sentía que quería vivir en algún otro lado, fui experimentando estar en distintos países o ciudades", comenzó su relato Alejandra Ticó, la joven que hoy disfruta de vivir en otro continente.
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Cuando la pasión por el agua se hace real y cotidiana, nada es imposible para esta jujeña que terminó por enamorarse de Oceanía. Es que la vida le tenía una sorpresa preparada desde el preciso instante en 2018, cuando que decidió volar a aquel destino que la llevaría a conocer una ciudad tan alucinante como Sídney. "Siempre sentía que quería vivir en algún otro lado, fui experimentando estar en distintos países o ciudades", comenzó su relato Alejandra Ticó, la joven que hoy disfruta de vivir en otro continente.
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Entonces optar por Australia fue la acertada medida a tomar y con una working holiday visa en mano, obtuvo derechos laborales para ser habitante por un año allí. "La idea fue venir, ver si me gustaba o no, recorrer un poco y conocer", dijo con el espíritu inquieto y la curiosidad activa, pues la capacidad de asombro no la dejó jamás desde que pisó por primera vez suelo australiano. Y con cero expectativas, pero con el ánimo suficiente y la confianza en sí misma permitió que la vida siguiera su curso y la llevara como si de una hoja al viento se tratara. Llegó a Sídney y el encanto especial de esta ciudad moderna llamó su atención como ninguna otra. Fue así que vivió cinco meses inolvidables cuyos recuerdos aún están guardados en la memoria de su mundo emocional. "Me gustó porque tiene todo y eventos gratuitos", detalló. De esencia elegante y clima parecido al de Argentina, la capital australiana regala un invierno más bien templado y un verano no tan caluroso. Tiene ese equilibrio justo que lo hace amigable entre sus residentes y visitantes. Y eso mismo cautivó a esta jujeña que se aventuró a una linda locura. "La primera sensación que tuve es que amaba Sídney sin conocerlo. A cada situación la tomé muy bien. Fui a trabajar a Hamilton Island, una isla al norte, arriba del trópico de Capricornio, donde trabajás tres meses y te dan un año más de visa. Es lo que hice", así comentó Ticó, quien consiguió desempeñarse en un lugar resort soñado, adquiriendo la mejor de las experiencias.
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Sin embargo, el extrañar la urbanidad de la ciudad hizo que retornara a Sídney. Y entonces lo movilizante para la joven fue la sensación de protección que la envolvió casi al instante. "Aquí caminas en la calle y aunque no haya nadie o estés sola en el tren, te sentís segura. Me pasó de olvidarme la mochila en un McDonald's, darme cuenta a las dos horas y volver y que esté ahí", aseguró con la sorpresa ya no tan ajena en sus palabras. Es que la capacidad de adaptación ante lo nuevo, en ella fue casi excepcional. Y es que cuando se vibra en positivo es innato y como un boomerang, lo bueno vuelve. La gente y ese contacto con el idioma que estudió tantos años, fue tan positivo como bienvenido para esta docente y traductora que dejó con amor la provincia que la vio nacer. "Yo tenía ese 'bichito' de que necesitaba algo más. Sabía que podía estar en otro lugar y sentirme plena", afirmó. Y lo encontró. Es un paraíso terrenal con playas de aguas transparentes y mucho mar. Allí, cada uno de sus días, recrea una vida tranquila, en la que coordina su labor en una oficina con un hobby maravilloso como lo es nadar en el océano, a mar abierto. "Aquí hay una gran comunidad de nadadores que van de una playa a la otra, hacen 5 o 10 kilómetros. Hay bastantes olas y hay que sentirse confiado", reveló Ticó quien nada con su grupo, de enero a enero para conocer nuevos lugares.
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En el mar se encontró a sí misma y reflejada en los momentos de mayor felicidad que comparte con su grupo de natación Boss Squad entre delfines, mantarrayas, tortugas y peces de colores que no dejan de fascinar sus ojos. "Yo me veo aquí viviendo contenta, tengo mi pareja, mi perrito, mis amigos. Extraño a mi familia y las empanadas de queso del norte", aseguró la jujeña que se nutre de nuevas costumbres bien ligadas a querer su lugar actual en el mundo.