Un aglomeramiento de jóvenes llama la atención en la tarde jujeña; esto se da en inmediaciones de un hotel céntrico. Fanáticas y fanáticos saben que allí están Tobías Medrano y Matías Rapen, conocidos en el ambiente musical tropical como La T y la M. Estuvieron brindando shows en la provincia, afirmado su consagración como uno de los grupos del momento, no solo en la virtualidad, sino también en las presentaciones en vivo. Rapen tiene 21 años. Viene de familia de músicos, a eso se dedicaban su abuelo y su papá. Fue acompañándolo a él, que el niño comenzó a sentir inquietud por los sonidos del teclado y a inda‑ gar un poco sobre cada instrumento.
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Un aglomeramiento de jóvenes llama la atención en la tarde jujeña; esto se da en inmediaciones de un hotel céntrico. Fanáticas y fanáticos saben que allí están Tobías Medrano y Matías Rapen, conocidos en el ambiente musical tropical como La T y la M. Estuvieron brindando shows en la provincia, afirmado su consagración como uno de los grupos del momento, no solo en la virtualidad, sino también en las presentaciones en vivo. Rapen tiene 21 años. Viene de familia de músicos, a eso se dedicaban su abuelo y su papá. Fue acompañándolo a él, que el niño comenzó a sentir inquietud por los sonidos del teclado y a inda‑ gar un poco sobre cada instrumento.
La música tropical y el folclore sonorizaban el día de la familia. En tanto Medrano de 23 años, es un creador nato. Previamente tuvo intenciones futbolísticas en Florencio Varela, corazón del co‑ nurbano bonaerense, pero no avanzó más allá de la sexta divi‑ sión. La vida quiso que en tiempos de pandemia, Matías Rapen suba sus creaciones en las plataformas digitales, obteniendo cierta repercusión.
A la par, Tobías Medrano hacía lo propio con sus canciones. Fue el público quien demandó la unión. Esto sucedió en el estudio de Rapen. Allí comienza la historia. “La gente piensa que somos amigos, hermanos de la vida, pero no, la música fue quien nos unió”, manifestó Matías Rapen, el director musical de la formación, que además, acotó que “yo venía produciendo artistas de la zona a los cuales les apasiona la música como a mí, el destino, la vida me juntó con Tobías; hoy somos muy amigos y compartimos muchos momentos, vivimos prácticamente juntos, laburando a pleno”. Él es más tímido, si se quiere, casi introvertido por momentos.
Quizás la unión se tuvo que dar porque Medrano tiene un histrionismo especial, es el que toma la iniciativa al responder, el más locuaz. Sobre esos comienzos, Tobías Medrano, compositor y voz principal, recordó que “comenzamos haciendo covers, es algo que nos gusta mucho y no lo vamos a dejar de hacer tampoco. Me faltaba esa pata (la composición musical), es más, cuando lo conocí a Mati fue la primera vez que pisé un estudio de música”.
En esos inicios, aparece un nombre propio elemental en la historia de La T y la M, Nicolás Otamendi, uno de los defensores de la Scaloneta. Fue el futbolista quien los es‑ cuchaba y compartía historias en sus redes musicalizadas por los varelenses.
Así, sin pensarlo, ingresa‑ ron en el mundo de la selección nacional. De hecho, uno de los temas que consagra al dúo es “Pa’ la Selección”, canción creada en horas por Medrano y musicalizada por Ra‑ pen, a horas del debut de Argentina en el mundial y presentada luego de la derrota inicial y previo al partido con México. De hacer música desde sus casas a tocar en una fiesta privada para Messi y que el capitán de la selección les pida una foto; la vida de estos jóvenes de barrio cambió vertiginosamente. Respecto a esos cambios, Tobías Medrano dijo que “seguimos sien‑ do los pibes de Varela; hay cosas que uno no deja de hacer.
Si bien hoy no podemos caminar por la calle y esas cosas; siempre fui de pocos amigos y sigo teniendo los amigos que tengo hace años; voy al barrio a ver a mi abuela y compro en el kiosco”. Sin dudas el vínculo con la selección, generado a través de Otamendi y rubricado en el vínculo con Messi, les otorgó un plus de popularidad, confían en que el resultado hubiese sido el mismo si esto no pasaba. “Sabíamos que teníamos el uno por ciento de probabilidad en el ambiente, pero contábamos con el noventa y nueve por ciento de fe”, exclamó Medrano, muy seguro. Por su parte, Raden explicó “Siempre uno confía en crecer. No hicimos la canción de la selección con el objetivo de pegarle con eso. Siempre hacemos cosas para que a la gente le guste. Estábamos seguros de que íbamos a llegar acá, aunque esa canción no hubiese pegado”
. Y agregó que “hay mucho laburo detrás de todo eso. Algunos piensan que fue suerte, la gente no sabe que venimos hace mucho remándola, la peleamos bien de abajo, como todo artista. Es laburo, encerrarte, hacer lo que te gusta y ser uno mismo, no forzarte a ser lo que no sos, sino, no llegas a la gen‑ te, porque no conectas”.
“Le pegaron” con una canción futbolera en la que unieron criterios, aunque uno es de Boca y el otro de River. En el escenario son un complemento ideal, a pesar de la “timidez” de uno y la adrenalina permanente del otro. Matías Raden, Tobías Medrano, La T y la M, iniciales que marca un momento musical en el que los jóvenes aportan nuevos sonidos, expresiones de su sentir y vivir.
Pasaron por Jujuy, renovando su cariño con el público de estas tierras. Ahora, se preparan para la frutilla del postre de esta etapa, presentarse el 22 y 23 de marzo en el Teatro Gran Rex, de las cuales una función, ya tiene localidades agotadas. Cabe destacar que, en ocasión de presentarse en el evento llamado “El Martinazo bailable”, que se lle‑ vó a cabo en Palpalá, ayer, la T y la M, hicieron delirar a miles de personas.