Club Jorge Uro está de festejos. La entidad de La Quiaca cumple 50 años de vida institucional dedicada a la práctica del deporte logrando la principal función de contención a niños, niñas, jóvenes de la ciudad.
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Club Jorge Uro está de festejos. La entidad de La Quiaca cumple 50 años de vida institucional dedicada a la práctica del deporte logrando la principal función de contención a niños, niñas, jóvenes de la ciudad.
La institución nació el 1 de octubre del año 1973, durante varias décadas fue protagonista de los torneos puneños. Posee una rica historia producto del gran trabajo que por décadas desarrollaron los dirigentes.
Desde sus inicios adoptó los colores azul y amarillo, similares a los del Club Atlético Boca Juniors de Buenos Aires, algo que fue elegido por unanimidad cuando en sus primeros pasos comenzaban a obtener logros importantes.
Los hinchas y simpatizantes de Jorge Uro se dieron cuenta de antemano de que el año 2023 no pasaría desapercibido. Más allá de los vaivenes deportivos que soporta el club, el almanaque apunta que se cumplen 50 años de su creación.
Desde que un grupo de vecinos del barrio San Cayetano decidió fundar una institución deportiva con el nombre de quien supo ejercer la medicina en esa ciudad fronteriza, hasta el hospital local lleva su nombre.
Por la situación económica, no hubo un gran festejo que amerita cumplir las Bodas de Oro, el reconocimiento para analizar y rescatar en la memoria a los planteles que fueron protagonistas de los torneos organizados por la Liga Puneña de Fútbol.
Sin explayarse demasiado en cómo nació la institución que está de aniversario y sin dudas es un orgullo para sus socios y está ciudad fronteriza, los pioneros en la primera comisión fueron: Alfonso Pizzutti presidente, vicepresidente Ceferino Pizzutti, secretario general Fausto Delgado, secretario de actas Sergio Giménez. Como tesorero se desempeñó Sixto Pizzutti, protesorero Roberto Garzón, vocales, Ricardo Delgado, Demetrio Apaza, Daniel Apaza, Mario Zerpa y Daniel Pereyra, al tiempo que revisores de cuentas fueron Ceferino Torres, Enrique Ancase y Rufino Gutiérrez.
Con el correr de los años se fue renovando la dirigencia donde realizaron un trabajo muy bueno para que Jorge Uro trascienda en el fútbol. La institución tuvo una participación ininterrumpida de los torneos que organiza la entidad madre del balompié puneño, hasta 2015. A partir de allí por diversos factores, entre ellos el aspecto institucional decidió pedir licencia en la liga local.
Institución formadora de varias generaciones de futbolistas quiaqueños, tiene como sueño que los niños y jóvenes continúen desarrollando actividades deportivas, ya que es bueno para la salud y porque el deporte fomenta valores como la amistad y la solidaridad.