El paso de Gimnasia por Córdoba, donde quedó eliminado de la Copa Argentina en manos de Banfield y padeció su cuarta derrota al hilo, sólo dejó algo positivo: el hincha.
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El paso de Gimnasia por Córdoba, donde quedó eliminado de la Copa Argentina en manos de Banfield y padeció su cuarta derrota al hilo, sólo dejó algo positivo: el hincha.
Las diferentes agrupaciones se organizaron para armar una gran caravana y así, junto a los residentes jujeños en la "docta", coparon el estadio de Instituto, por cierto siempre esquivo al "lobo". Es que allí dilapidó la histórica doble chance de ascender en el 2014.
Los muchachos demostraron su amor incondicional y se llevaron todos los aplausos. Y al grito de guerra "aunque ganes o pierdas no me importa una m.... sigo siendo del 'lobo'" despidieron al equipo. Fue realmente emocionante, al igual que verlos doblar tristes sus banderas, sabiendo que los esperaban más de 12 largas horas en colectivo hasta llegar a casa.
Ellos cumplieron con su palabra, lástima que dentro del campo no sucedió lo mismo. Y si bien los jugadores corrieron y metieron los 90 minutos, está claro que en el fútbol actual no alcanza. También hay que jugar.
El árbitro Fernando Echenique no cobró una clara infracción sobre Magallanes, la acción siguió, se resbaló Cosaro y gol de Enrique. En el segundo tiempo, el muy buen volante Francisco Maidana perdió de manera increíble una pelota en el medio. Chiarini salvó a medias y festejo de Dátola. Dos "fatalidades" deportivas y dos veces la pelota dentro de las mallas.
Pero el problema principal no estuvo allí, sino antes y después. Gimnasia fue "Sportivo Centros". Se cansó de enviar el balón aéreo al área rival para que se luciera la dupla de centrales Mago-Maciel y en menor medida, el arquero Cambeses.
Fue un equipo más que predecible y así sufrió su cuarta derrota al hilo, la sexta consecutiva lejos del "23 de Agosto".
Toda la ilusión estaba puesta en la "docta" porque con estos resultados ya se había prácticamente despedido de la lucha por ingresar al Reducido.
Sin tiempo que perder, atendiendo que el domingo reciben a uno de los colistas de la Primera Nacional, Sacachispas, los muchachos llegaron a Jujuy y entrenaron liviano.
En definitiva, ahora saben que el objetivo es terminar el año con la frente bien en alto, cambiando la imagen de caída tras caída que vienen sufriendo.