Se ha hecho cada vez más difícil vivir. Este mundo -cambiante de la noche a la mañana- se caracteriza por lo imprevisible. El tradicional deseo de conseguir un futuro tranquilo y seguro, parece -hoy por hoy- un sueño irrealizable. Sin embargo, existen algunas fórmulas útiles que ayudan a llevar mejor tales zozobras.
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Se ha hecho cada vez más difícil vivir. Este mundo -cambiante de la noche a la mañana- se caracteriza por lo imprevisible. El tradicional deseo de conseguir un futuro tranquilo y seguro, parece -hoy por hoy- un sueño irrealizable. Sin embargo, existen algunas fórmulas útiles que ayudan a llevar mejor tales zozobras.
1.- Descubra dónde están realmente los problemas. Quien pretende progresar no se deja llevar por costumbres, ni por métodos usuales; antes bien busca determinar lo que los demás aún no encontraron, por haberlo buscado en sitios incorrectos.
2.- Encuentre soluciones concretas y simples. Hasta las cuestiones más difíciles tienen soluciones simples. Que no quiere decir fácil, puesto que -en general- las soluciones eficientes requieren tiempo, tenacidad y perseverancia.
3.- Cuide su energía personal. Mucha gente habitúa malgastar valiosos esfuerzos en asuntos banales o discusiones intrascendentes. Así pierden tiempo, dinero, fuerza, afecto y la vida se va como arena entre los dedos. No hay que desperdiciar energía en inútiles rodeos. Concéntrese por entero en el esfuerzo que lleva recorrer el sendero hacia la solución definitiva (y no parcial) de la dificultad. Todo intento de resolver "más o menos" termina provocando mayores dificultades y gran insatisfacción.
4.- Sea una persona confiable. No utilice argumentos para justificar el incumplimiento de sus promesas o la falta de realizaciones. Sea responsable de sus actos. Haga lo que prometió.
5.- Abandone los esquemas repetitivos. Demasiada gente fracasa porque al no resolver un problema, insisten en repetir la misma metodología que los llevó a errar. "A ver si esta vez tengo suerte", se ilusionan. Y esto no es una cuestión de "suerte", ni "casualidad" o "destino". Lo que se necesita es cambiar sin obsesionarse en una y única forma de hacer las cosas. Mucho menos refugiándose en la idea de que "siempre se hizo así" o "antes siempre daba resultado". Hay que crear maneras nuevas. Lo que cuenta es lograr el objetivo valiéndose de la imaginación y la capacidad humana (que nos diferencia fundamentalmente de los animales) de descubrir nuevos caminos conducentes al logro de cada objetivo positivo de vida. Se llama: creatividad.
6.- Utilice su imaginación. Encuentre soluciones a problemas que otros no pudieron resolver. Para lograrlo divida adecuadamente su día. Una persona creativa piensa mucho, estudia siempre, está actualizada y aprende de personas que lo superen en conocimientos y sabiduría.
7.- Sea ambicioso y acéptelo gustoso. Algo distintivo de la persona que sabe utilizar su inteligencia es la ambición. Permanente. Siempre buscando nuevas sendas. Nunca detenido. Aprendiendo y formándose cada día. Exigiéndose, siempre, un poco más. En este recorrido habrá éxitos y derrotas, logros y fracasos, ascensos y descensos. Así se construye una vida en plenitud.
8.- Descarte actitudes quijotescas. Una cosa es vivir peligrosamente indagando áreas desconocidas y otra, muy distinta, es presentar batalla a molinos de viento como hacía -recordemos que por confusión mental- Don Quijote. Se trata de mejorar la calidad de vida, de enriquecer la personalidad a través de experiencias nuevas y diferentes. No espere resolver de inmediato todos los problemas que se le presenten, ni crea que va a encontrar respuesta si no es con el paso del tiempo para cada dificultad que aparezca en sus seres queridos.
9.- Tenga metas claras y objetivos precisos. Pregúntese cuál es el sentido que lo lleva a hacer tal cosa y no otra.
(*) Antonio Las Heras, doctor en Psicología Social, magíster en Psicoanálisis y parapsicólogo.