Erico Narváez es profesor de Física y Química, técnico en construcciones y con los conocimientos de albañilería que adquirió desde muy niño con su padre lleva veinte años haciendo "bioconstrucción".
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Erico Narváez es profesor de Física y Química, técnico en construcciones y con los conocimientos de albañilería que adquirió desde muy niño con su padre lleva veinte años haciendo "bioconstrucción".
A través de soluciones y materiales naturales o reciclados, reemplaza algunos procesos con elementos de la naturaleza, y les da singularidad a los diseños en casas y cabañas.
"La filosofía de la construcción es un arte, y en el arte uno utiliza todas las herramientas que cree apropiadas y que le sirvan. En este caso puede ser tecnología, de los materiales de construcción actuales las viejas tecnologías de nuestros ancestros, incas, mayas, aztecas, pueblos originarios", explicó Narváez.
Detalló que entonces se utilizaban por ejemplo el adobe mezclado con guano de cordero o de vaca, los plastificantes que ahora se compran en corralones se obtenían de los cardones, aloe vera, y de los agaves en México, y lo usaban para que la mezcla no se disuelva e impermeabilizar un poco el adobe, de modo que no se lave con las lluvias. Las pinturas con cal que eran antisépticas, alcalinizaban los ambientes para que vinchucas, parásitos y otras alimañas no se alojen en las paredes.
"Mi consejo siempre es el mismo, volver a nuestras raíces con la bioconstrucción y no cerrarse en que siempre vamos a utilizar cosas de la naturaleza, también hay cosas de la tecnología que se aplica", expresó.
Sostuvo que en otros tiempos se solía sahumar por tradición, y que gran parte de la gente en la actualidad aquí lo sigue haciendo por tratarse de una tradición heredada. Sin embargo, aclaró que hoy la ciencia explica que los aromas fuertes de la ruda, sándalo, albahaca, incienso y todo lo que se usa para sahumar las viviendas hacen a que las alimañas no se reproduzcan.
Planteó que en general mucha gente está sumida en el consumismo y que viene de mucho tiempo.
Explicó que él parte de la base de que se puede construir con cualquier material.
Sostuvo si bien el concepto de mampostería es lo que va en la pared, ladrillo o bloque por lo general, estimó que se puede incluir botellas de plástico o vidrio, cascarón de baterías, piedras bola o cantos rodados, con lo cual aseguró que lo que pueda ser apilable sirve para armar mampostería.
"Si podemos ver a nuestro alrededor cosas que sirven, como pasa en el Norte, las construcciones son de adobe, piedra, paja, barro y caña porque la gente se adaptó, y nosotros podemos hacer lo mismo en la ciudad, si derriban una pared con ese mismo mampuesto combinado con cosas que tenemos armamos una pared, ponemos una botella y no sale nada", explicó.
Recordó que con este tipo de práctica hizo muchas obras. En Yala hizo cabañas con adobe, piedra, barro y troncos. En su hogar hizo chimeneas con piedras apiladas, con un hormigón interno aplicando la tecnología actual, y en las paredes porque antes se hacían muros de un metro pero ahora no se pueden hacer así y se les hace estructuras de hormigón de 30 cm con piedra.
"En mi casa tengo techo de barro y de caña, otro de hormigón y de caña, de madera, escaleras con material reciclado de perfiles y madera despunte con barandales con llantas de motos y de bicis, respaldos de camas y troncos, y las paredes también de adobe", detalló.
Narváez es albañil de oficio, fue a la escuela técnica y se especializó en construcciones; estudió en la Universidad Nacional de Salta Ingeniería en construcción y aunque no terminó sí completó la Tecnicatura en Construcción. Luego hizo una especialización en estructuras sismoresistentes en la misma universidad. "Para mí la capacitación tiene que ser constante y es lo que incentivo a mis alumnos", dijo y es que como profesor de Física y Química ejerce la docencia en escuelas locales. También hizo profesorado en Educación especial, desde hace tres años cursa la licenciatura en Física, y cursa la licenciatura en Ciencias Polític
“Camperas negras”
Además de su oficio y experiencia en la construcción, Narváez tiene como hobby el motociclismo y es parte de un grupo de amigos que tienen en común esto que se denominan Agrupación solidaria “Camperas negras”, con quienes pretenden organizar una fundación para poder enseñar oficios. “La idea es poder compartir nuestra experiencia“, dijo. Con los “Camperas negras” realizan actividades solidarias de distinta índole. Por ejemplo, estuvieron en varios eventos solidarios y ayudaron en lugares de desastre como lo fue años atrás en Juella, Las Escaleras, Bárcena o Volcán.