Es un hecho que el estreno de “Toy Story” hace más de 20 años marcó a toda una generación no solo porque fue el primer largometraje completamente digital que cambió la manera de hacer animación a nivel global sino porque con sus subsiguientes secuelas colmadas de personajes inolvidables y escenas llenas de emotividad, sutilezas y humor inteligente hicieron que a pesar de haber visto la trilogía más de cien veces siempre se sienta como la primera. Así, la llegada de una cuarta parte esta semana a las salas del mundo no pasa inadvertida, en cuanto suena “Yo soy tu amigo fiel” es imposible que el alma no se estruje y los ojos se empañen, porque la franquicia de los juguetes que toman vida está arraigada en el corazón y forma parte de la vida de muchos desde hace casi un cuarto de siglo.
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Es un hecho que el estreno de “Toy Story” hace más de 20 años marcó a toda una generación no solo porque fue el primer largometraje completamente digital que cambió la manera de hacer animación a nivel global sino porque con sus subsiguientes secuelas colmadas de personajes inolvidables y escenas llenas de emotividad, sutilezas y humor inteligente hicieron que a pesar de haber visto la trilogía más de cien veces siempre se sienta como la primera. Así, la llegada de una cuarta parte esta semana a las salas del mundo no pasa inadvertida, en cuanto suena “Yo soy tu amigo fiel” es imposible que el alma no se estruje y los ojos se empañen, porque la franquicia de los juguetes que toman vida está arraigada en el corazón y forma parte de la vida de muchos desde hace casi un cuarto de siglo.
Parecía que todo estaba terminado con el cierre perfecto que tuvo “Toy Story 3”, con esa demoledora secuencia de Andy regalando sus queridos juguetes a la pequeña Bonnie antes de partir a la universidad pero no, y ahora estamos ante una continuación que no sabíamos que necesitábamos y que abre un universo nuevo de posibilidades por lo que ahora no resulta para nada absurda la idea de una quinta entrega.
En la película del director debutante Josh Cooler (en lugar de John Lasseter, separado de Pixar por denuncias de acoso laboral), regresan Woody, Buzz y todos sus amigos junto a un nuevo integrante, Forky, creado en el primer día de jardín de la pequeña Bonnie. Esta manualidad confeccionada con un tenedor y otros elementos descartables se transforma en el juguete favorito de la niña. También retorna una vieja amiga perdida Bo Peep, la muñeca de porcelana que desapareció en la tercera entrega aquí vuelve avasallante, aventurera y empoderada como parte fundamental de la trama. Y se incorporan otros nuevos e hilarantes personajes como los peluches Bunny y Duckie, el motorista Duke Caboom o la muñeca antigua Gabby Gabby, que aportan más encanto a una historia efectiva e ingeniosa y que apela más que sus predecesoras a la acción, el vértigo y a la comedia física para entretener, sin dejar de lado momentos para reflexionar sobre la amistad, la aceptación o el miedo enfrentar el cambio cambio.
La nueva película no pierde su esencia, tal vez no sea la mejor de la saga pero la magia sigue intacta. Es brillante desde lo técnico, su calidad visual es apabullante y la historia, como en la gran de mayoría de las películas de Pixar, no deja de lado la ternura y la emoción genuina con un conmovedor final que dependiendo de la sensibilidad de cada espectador arrancará más o menos lágrimas.
Dato: una buena opción es apreciar “Toy Story 4” con sus voces originales Tom Hanks y Tim Allen, prestan sus voces a los personajes de “Woody” y “Buzz Lightyear”, que interpretan desde la primera película. Además participa Keanu Reeves con uno de los nuevos personajes, “Duke Caboom”.