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SUSANA MAIDANA / DOCTORA EN FILOSOFÍA.
Disertó en Jujuy sobre "Los usos y alcances de la razón a la modernidad" en el marco de la semana de celebración del Día Mundial de la Filosofía que se cumplirá el 21 de este mes. Organizada por la Coordinación de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Jujuy a cargo de Betina Guerci de Siufi. Planteó que el sistema educativo en todos sus niveles está signado por el positivismo y el higienismo, que se inició en el país tendiente a homogeneizar.
Planteó que el mundo actual es contradictorio tiene dos caras y que pese a avances hay incapacidad de comprender la diversidad.
Consideró que hace falta más filosofía en las aulas, para mirar un poco más allá, porque permite tener una mirada diferente, a cuestionarse y comprometerse con las ideas.
Vino para hablar de los usos y alcances de la razón a la modernidad, como parte de la reflexión del Día de la Filosofía, ¿cómo lo enfoca?
-En ese sentido este curso se inserta en esa dinámica, la temática de usos y alcances de la razón de la modernidad es central porque hoy se discute, en la llamada "posmodernidad" la crítica de esas ideas que surgieron en la modernidad. Entonces por un lado yo intento mostrar que ya en el seno mismo de la modernidad había críticas a esa noción de razón moderna y plantear las discusiones que hoy se abren sobre esta temática. En realidad, siempre parte de la idea de que la filosofía no deja nada como está, porque si se deja todo como está ¿para qué seguimos haciendo filosofía? Tampoco la ciencia deja nada como está, cuando se producen ideas. La filosofía es profundamente emancipadora.
¿De qué sería emancipadora entonces?
-De las cadenas mentales que son las más difíciles de romper. La filosofía ayuda a tener una mirada cuestionadora, a provocar la curiosidad, la pregunta y no esa mirada ingenua de que esto es así y tiene que ser así.
¿Es detonadora de los cambios?
-Exactamente, detonadora de los cambios. Por eso también es una forma de romper algunos mitos, un ejemplo, la ilustración en el siglo XVIII. Si yo preguntara me dirían que es la diosa razón iluminando todos los intersticios de la realidad. Yo debo decir que en la ilustración hay importantísimas corrientes del sentimiento. Está un (David) Hume que planteó que la razón es y debe ser esclava de la pasión, está el Marqués de Sade que escribió acerca del instinto de pulsiones de muerte, de la sexualidad. O sea la filosofía no se puede poner en un cajón, no se puede etiquetar. Lo mismo uno de los padres de la filosofía moderna es Descartes, habitualmente se habla del dualismo cartesiano, que es el que está en la primera y segunda meditación, en la sexta Descartes rompe el dualismo. Entonces primero es una forma de alertar que filosofía se estudia de los textos y no de los manuales, porque quien escribe el manual tiene una visión interesada de la filosofía.
¿Y si le preguntan por qué hay que continuar enseñando filosofía?
-El mundo actual es contradictorio, tiene como dos caras, una es el rostro de las transformaciones científicas, tecnológicas, culturales que se produjeron en estos tiempos. Pero después está la otra cara, porque esas transformaciones no han impedido la discriminación, el bullying sobre todo en las instituciones educativas, desde primario hasta universitario. La incapacidad de comprender la diversidad, porque tenemos un pensamiento homogeneizador, y hoy las homogeneizaciones no son buenas consejeras. También hay mucha confusión, se habla en contra de la política. Ya decía Aristóteles que los hombres somos animales políticos, y lo somos porque nos valemos del lenguaje. Ustedes que están en los medios, su instrumento fundamental es el lenguaje. Ahora bien, una cosa es la política y otra el partidismo político, por eso yo siempre digo que la objetividad en la ciencia hoy está absolutamente descartada. La ciencia es una búsqueda incesante de verdad, pero objetividad no existe. ¿Y quién dijo que la objetividad no existe? La física y la química, no lo dijeron las ciencias sociales, lo dijeron las llamadas "ciencias duras".
¿Entonces va a reflexionar sobre eso, la objetividad?
-Este programa trata de mostrar y de romper con algunos mitos de la misma filosofía y de no tener esa visión apocalíptica de creer que toda la modernidad fue mala, o que toda la posmodernidad fue mala.
En el caso de las ciencias sociales, ¿cómo impacta esto, en la manera de mirar?
-Creo que lo que ha cambiado es la manera de mirar, no obstante igual puedo decir que todo el sistema educativo, en todos sus niveles formateado por el positivismo y el higienismo, aún la universidad. El higienismo impacta en que la escuela cree que el estudiante va sin cuerpo, por ejemplo, que el chico no se tiene que mover, hoy se utilizan medicaciones, algunos pedagogos para chicos hiperactivos. El chico hiperactivo es el que se pregunta, que es inquieto y la escuela quiere que esté quieto. La misma disposición de las aulas tiene la concepción positivista e higienista, que en el siglo XIX en la Argentina se dio para homogeneizar, limpiar a la Argentina de los diversos, de los criollos, de los negros, de los que habían perdido las batallas de Caseros, de Pavón, de los enfermos de sífilis, de los homosexuales. Y nadie puede negar hoy que hay un auge de los fundamentalismos en Latinoamérica.
En esto de la grieta, el estar de un lado y de otro, y por otro lado los pañuelos que marcan diferencia, donde hay resistencia, ¿cómo lo ve?
-Cuando hablo de modernidad estoy hablando del Renacimiento hasta el fin de 2018, porque es diferente hablar de arte o en arquitectura que en el siglo XX. En esa modernidad ya se planteó que por un lado está el camino de tus convicciones religiosas y personales; y por otro lado está el camino de los conocimientos científicos, y son dos caminos paralelos. Si yo uso fundamentos religiosos para combatir posturas, entonces no hay forma de diálogo posible. Y creo que cada uno tiene la libertad de mantener todas las convicciones religiosas que quiera pero que esas convicciones religiosas no pueden intervenir cuando un profesor da clases. Hume (David) en el siglo XVIII habló en contra de los maestros de vida, y nosotros hoy seguimos con los libros de autoayuda. Seguimos con los textos de Pilar Sordo que promueve que te resignés a ser y a tener lo que sos, y yo creo que si alguna función tuvo la filosofía es a que no te resignés. O sea, a que te comprometas por tus ideas, la defiendas. Entonces hay muchas cosas que pensar, y la filosofía tiene mucho que decir.
¿Hace falta más filosofía en los colegios?
-Hace falta filosofía en los colegios, hace falta que la gente abra un poquito más los ojos, la filosofía te da un mirar diferente, de una realidad... Nosotros sabemos que hablar de realidad también está construida lingüísticamente. Una cosa es el acontecimiento y otra cosa es la lectura que se hace del acontecimiento. Ustedes en los medios hacen lecturas de los acontecimientos, y no digo que esté mal, lo hacen todos, pero digo que tienen que ser conscientes de esto. Una definición que me gusta de filosofía es de Wittgenstein (Ludwig Josef Johann), un filósofo del siglo XX que cuando le preguntan qué misión tiene la filosofía, él dice: "Enseñar a la mosca la salida de la botella cazamoscas". La botella sería la cultura, el lenguaje, y no podemos salir de la botella, lo que tenemos que hacer es ser conscientes de que las paredes de la botella están ahí.
"Este programa trata de mostrar y de romper con algunos mitos de la misma filosofía y de no tener esa visión apocalíptica", expresó.