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Se reúnen en Paraguay para definir si se juega la revancha

D'Onofrio presidente de River, Angelici mandamás de Boca y Domínguez titular de la Conmebol definirán los pasos a seguir. Los "xeneizes" reclaman los puntos y por ende ser campeones, en cambio, los "millos" quieren continuar el duelo en Núñez.

Martes, 27 de noviembre de 2018 01:04

El superclásico copero tendrá otra página hoy cuando en Paraguay se reunan los presidentes D'Onofrio y Angelici (del "millo" y del "xeneize") con Alejandro Domínguez de la Conmebol y allí se definan los pasos a seguir de la superfinal revancha por la Copa Libertadores de América tras los incidentes vividos el sábado pasado en las adyacencias del "Monumental".

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El superclásico copero tendrá otra página hoy cuando en Paraguay se reunan los presidentes D'Onofrio y Angelici (del "millo" y del "xeneize") con Alejandro Domínguez de la Conmebol y allí se definan los pasos a seguir de la superfinal revancha por la Copa Libertadores de América tras los incidentes vividos el sábado pasado en las adyacencias del "Monumental".

El ataque al micro del plantel de Boca por parte de simpatizantes de River fue producto de fallas gravísimas en el operativo de seguridad dispuesto para el Superclásico que tienen su origen en la ausencia de grupos de combate en ese sector para desalojar a los hinchas y luego en la falta de comunicación entre la Policía de la Ciudad y la Naval.

Esto generó desplazamientos entre jefes de la fuerza porteña y debería replicar en la otra de carácter nacional, más allá de que la mayor responsabilidad sea de la Ciudad.

Los incidentes se produjeron en lo que conformaba el tercer anillo de seguridad, a cargo también de Prefectura Naval, por eso los jefes de esa fuerza tendrían que haber comunicado a sus pares porteños el hecho de encontrarse con semejante cantidad de hinchas de River en los alrededores. Ese debería haber sido el recurso ante ese despliegue de seguridad que fue por demás fallido.

Lo más lógico hubiera sido que en la esquina de Lidoro Quinteros estuvieran apostados los grupos de combate o de contención de la Policía de la Ciudad o de Prefectura Naval.

¿Por qué no estaban allí tratando de hacer retroceder a los hinchas de River, como se hace en forma habitual cada vez que un equipo visitante llega al "Monumental"? ¿Hubo exceso de confianza?

¿Se minimizó el hecho de que pudiera haber incidentes? ¿Las fuerzas guardaron personal y material para el G20? Nadie puede explicarlo.

Ante esa ausencia de grupos de combate, la opción más viable era la del diálogo entre fuerzas: advertirle al personal del Grupo de Apoyo Motorizado (GAM) que ordene frenar el ómnibus para tener tiempo de sacar del lugar a los simpatizantes "millonarios".

Si esa comunicación hubiera existido, el micro habría llegado en forma tranquila al estadio.

"La Policía de la Ciudad era quien comandaba el operativo y las demás fuerzas nacionales que colaboran, en este caso Prefectura, tienen que ponerse a disposición. Parecían dos fuerzas trabajando en forma independiente, cuando deberían haberlo hecho en conjunto, en comunicación constante y complementándose. Pero sin comunicación, pasó lo que pasó", contó a NA un alto jefe de la fuerza porteña.

La responsabilidad mayor es de la Policía de la Ciudad y por eso hubo desplazamiento de algunos jefes, pero también hay culpa de Prefectura Naval y allí también debería haber sanciones, ya que no fue una catástrofe de milagro. La agresión contra el ómnibus "xeneize" provocó que el conductor se desvaneciera y el vicepresidente primero del club, Horacio Paolini, sujetó el volante evitando una tragedia.

 

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