El presidente estadounidense, Donald Trump, llamó ayer en la noche al Congreso a reformar el sistema inmigratorio y de salud, a invertir 1 billón de dólares en infraestructura deteriorada y a aumentar el gasto militar, en un primer discurso ante los legisladores en el que proclamó el inicio de "un nuevo capítulo de grandeza estadounidense".
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El presidente estadounidense, Donald Trump, llamó ayer en la noche al Congreso a reformar el sistema inmigratorio y de salud, a invertir 1 billón de dólares en infraestructura deteriorada y a aumentar el gasto militar, en un primer discurso ante los legisladores en el que proclamó el inicio de "un nuevo capítulo de grandeza estadounidense".
"El tiempo de pensar en pequeño se acabó", dijo, con tono optimista, el presidente republicano, en un discurso en la Cámara de Representantes ante la totalidad de los legisladores que sin embargo no incluyó directivas claras sobre cómo encarar las complejas prioridades legislativas que han dividido a su Partido Republicano.
El primer discurso ante el Congreso ofreció a Trump la posibilidad de redirigir los esfuerzos de su joven gobierno hacia las cuestiones que lo ayudaron a ganar las elecciones de noviembre, como el apoyo de los blancos de clase trabajadora que recelan de los inmigrantes, sobre todo en zonas desindustrializadas.
Sobre el tema de la inmigración, uno de sus caballitos de batalla, el presidente exhortó a demócratas y republicanos del Congreso a "trabajar juntos" para aprobar una ley de reforma migratoria, una meta que los legisladores estadounidenses han buscado sin éxito durante décadas.
"Creo que una reforma inmigratoria real y positiva es posible, siempre y cuando nos centremos en las siguientes metas: mejorar los empleos y salarios de los estadounidenses, reforzar nuestra seguridad nacional y restaurar el respeto a nuestras leyes", dijo, aunque sin dar más detalles de cómo debería ser la reforma.
Pero al mismo tiempo, Trump prometió hacer cumplir las leyes migratorias del país para que aumenten los salarios, ayudar a los desempleados, ahorrar "miles de millones de dólares" y que las comunidades sean más seguras, antes de reiterar sus planes de levantar un muro en la frontera con México.
"Debemos restaurar la integridad y el imperio de la ley en nuestras fronteras. Por eso, pronto comenzaremos la construcción de un gran muro a lo largo de nuestra frontera sur", dijo.
En materia de salud, Trump instó a senadores y representantes a que deroguen la Ley de Cuidado de Salud Asequible, conocida como Obamacare por haber sido impulsada por Barack Obama, su antecesor demócrata, y a que la reemplacen por un plan que amplíe la cobertura médica y baje los costes de los seguros.
"Obligar a todos los estadounidenses a comprar un seguro de salud aprobado por el gobierno nunca fue la solución correcta para Estados Unidos", dijo el presidente, que aprovechó su discurso para defender los logros de sus primeros tumultuosos días en el cargo. La intervención en el Capitolio llegó en un momento crítico para un magnate inmobiliario que decidió ser candidato a presidente con la promesa de provocar un cambio radical en el gobierno en Washington y hacer realidad las promesas de los fracasados políticos de carrera. El mandatario republicano pasó sus primeros 40 días en el poder tratando de imponer sus políticas a golpe de decreto.