La situación humanitaria en Siria se agravó en 2017 con respecto al año anterior, para sorpresa de los trabajadores humanitarios, que en 2016 pensaban que la situación ya no podía empeorar.
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La situación humanitaria en Siria se agravó en 2017 con respecto al año anterior, para sorpresa de los trabajadores humanitarios, que en 2016 pensaban que la situación ya no podía empeorar.
Al entrar en el séptimo año de guerra, las necesidades se han agravado y complejizado para más de 13 millones de personas que requieren asistencia humanitaria, según el último informe de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha).
De esos más de 13 millones de personas, hay 5,6 con necesidades particularmente agudas debido a que están expuestas a asedios, hostilidades, desplazamientos y acceso limitado a bienes y servicios básicos.
El responsable de ayuda humanitaria para Siria, Jan Egeland, recordó ayer en Ginebra que en 2016 pensaban que la situación no podía empeorar, "pero estábamos equivocados, porque en muchos aspectos este año ha sido todavía peor", admitió.
Ante esta situación, el trabajador humanitario se reunió con representantes de algunos países con influencia en el conflicto sirio, a quienes les habló sobre el panorama "muy sombrío" que enfrentan esas personas.
En una conferencia de prensa tras la reunión, Egeland explicó que la situación más grave se da en las localidades sitiadas por las fuerzas gubernamentales, donde hay niños raquíticos por la falta de alimentos.
El trabajador humanitario contó, frustrado, que este año sólo pudieron entregar ayuda humanitaria a entre el 10% y el 20% de los civiles de las zonas asediadas, en las que se estima que hay medio millón de personas con necesidades urgentes.
"En Siria, los equipos médicos, el material quirúrgico y los medicamentos han sido removidos total o parcialmente de los convoyes de ayuda de la ONU en 2017, como ocurría antes", lamentó Egeland.
La Ocha alertó que los hogares, para sobrevivir, están recurriendo a estrategias cada vez más dañinas, que van desde la reducción del consumo de alimentos a la explotación infantil, los matrimonios precoces y los acuerdos con grupos armados.
Desplazados internos
Ante el recrudecimiento de la violencia empeoró la cifra de desplazados internos: de los 2 millones que eran en 2016 aumentaron este año a 2,6 millones, coincidiendo el peor período de este año, entre octubre y noviembre, con las ofensivas militares para expulsar al grupo radical Estado Islámico de las ciudades de Al Raqqa y Deir Ezzor.
"Los países influyentes deben hacer más", suplicó el trabajador humanitario, en referencia a Rusia, que este año prometió varias veces interceder para que el gobierno sirio abra rutas humanitarias.
Por otro lado, la evolución del conflicto armado también hizo que muchos sirios refugiados o desplazados internos retornaran a sus viviendas, aunque hay muchas familias que todavía se debaten entre volver o asentarse en otras zonas.
En total son 720.000 las personas que regresaron a sus hogares.
De ellos, 450.000 retornaron a la ciudad de Alepo, donde hace un año el Ejército sirio ganó la batalla contra los grupos rebeldes que controlaban la ciudad.
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