Es socióloga y se desempeña actualmente como “Chief Service Officer” en la gobernación de Edmund G. Brown Jr. Además preside la organización “Californian Volunteers”, una comisión estatal de servicio que administra el programa AmeriCorps.
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Es socióloga y se desempeña actualmente como “Chief Service Officer” en la gobernación de Edmund G. Brown Jr. Además preside la organización “Californian Volunteers”, una comisión estatal de servicio que administra el programa AmeriCorps.
La entidad también actúa como agencia principal para la organización de voluntarios y donaciones en casos de desastres naturales y promueve el voluntariado en California, Estados Unidos.
La especialista norteamericana dictó recientemente en Jujuy un ciclo de charlas destinado a jóvenes y su inserción en los programas de voluntariado. Su visita se enmarcó en los 10 años del programa Jóvenes Embajadores que reunió en nuestra ciudad a cuarenta exbecarios en torno a un ciclo de charlas temáticas.
Acompañada de la asistente cultural de la Embajada de los Estados Unidos en Argentina, Laura Demoy, brindó detalles de cómo es su vida en los Estados Unidos y su experiencia de visitar por primera nuestra provincia.
-¿En qué momento de su vida nació el interés por dedicarse al voluntariado?
- Desde muy chica mis padres me inculcaron la idea de que debía dedicarme a ayudar a las personas menos afortunadas de mi país. Ellos participaron toda su vida como voluntarios en la iglesia y en su comunidad.
Debo confesar que al comienzo no me gustaba, pero un día mi papá me hizo entrar en razón cuando me dijo que estaba bendecida porque tenía una familia unida que me contenía, algo que no todos tenían la suerte de tener.
Fuí transitando desde allí en distintas organizaciones hasta llegar a la Universidad de Los Ángeles donde tuve que realizar, como parte del requisito de ingreso, distintas actividades de voluntariado.
Tiempo después me gradué como socióloga y participé durante un año en el Cuerpo de Jesuitas Voluntarios (Israel) trabajando con jóvenes en riesgo social.
En el año 2006 fui convocada por Arnold Schwarzenegger (gobernador de California) para estar al frente de la Secretaría de Servicio y Voluntariado, donde logré importantes gestiones público-privadas que permitieron la creación de iniciativas exitosas e innovadoras tales como California Disaster Corps, Business Partners Program y la California Volunteers Service Enterprise Initiative.
-¿Cómo cree que se viene desarrollando estas actividades del tipo social en Argentina?
-Tuve la oportunidad de dictar por primera vez en Jujuy un ciclo de charlas destinadas a jóvenes que participan del programa Jóvenes Embajadores (instancia impulsada por el gobierno norteamericano), organizaciones no gubernamentales y estudiantes universitarios, donde pude entrar en contacto con el trabajo que vienen desarrollando los jóvenes y adolescentes de este país.
Pude notar una gran pasión en lo que hacen a diario y el compromiso que tienen de buscar profesionalizarse sobre las distintas temáticas que abordan.
En los Estados unidos ocurría algo similar en los años ´70 y ´80 cuando los jóvenes tomaron la posta de iniciar con un proceso de especialización que fue acompañado con la decisión política de los gobiernos estatales y de empresas privadas de colaborar como nexos con las instituciones dedicadas a la ayuda social, respetando su autonomía.
Ese es la gran desafío del voluntariado que se viene, tanto en la Argentina como en el mundo, el de utilizar las mejores estrategias para organizarse como institución y formar constantemente a hombres y mujeres, para que puedan ser promotores de los grandes objetivos que tiene la sociedad.
-¿Qué factores influyeron para que surja con fuerza el voluntariado en nuestras sociedades?
-Ante todo la gran desigualad que existe en el plano económico y social entre distintos pueblos y regiones del mundo. También la desmitificación que debe ser únicamente el Estado el que acuda como protector ante cualquier inconveniente que tengan los ciudadanos.
No puede ser que el hombre haya llegado a la Luna, y en la actualidad en nuestras sociedades todavía no se pueda acudir y asistir correctamente a víctimas de violencia de género, a niños que no saben leer o escribir, o a personas en situación de calle.
Debe existir una red, donde colaboren todos los actores de nuestras comunidades, ONG, voluntarios, empresas privadas, gobiernos estatales, y que entiendan que su rol es fundamental para poder transformar la realidad.
-¿Qué importancia tiene la difusión de estas iniciativas a través de las redes sociales?
-Es muy fundamental la utilización de los medios de comunicación que nos proporciona internet. En especial Facebook y Linkedin, que nos proporcionan con un contacto fluido con los millennials (personas nacidos entre 1980-2000) debido a su gran interactividad y popularidad.
Utilizamos grupos temáticos, por ejemplo en Facebook, con consignas simples y directas como “vení, ayudanos y pasala bien” o “está bueno dar una mano, acércate”. Eso ayuda a tener una relación con los jóvenes más sincera y cercana para que puedan participar de los distintos proyectos que sean de su interés. También para mejorar los canales de comunicación entre ellos y la comunidad.
Es importante también aclarar que el uso que hacemos de las redes sociales es sumamente responsable, tomamos todas la medidas necesarias para no haya ningún problema. Trabajamos con personal especializado en informática y community manager para agilizar y distribuir masivamente nuestros mensajes y actividades a escalas mundiales.
-¿Cree que situaciones extremas como los desastres naturales despiertan ese espíritu que tiene todo voluntario?
-El voluntario tiene que estar siempre predispuesto y actuar en consecuencia siempre que se requiera su colaboración. En mi caso estoy a cargo del cuerpo de voluntarios del gobierno de California, que en reiteradas ocasiones acude a este tipo de situaciones límites.
Tratamos de trabajar en el marco de las primeras 48 horas posteriores a la catástrofe, donde debemos asistir de forma íntegra a los damnificados. Recibimos en estos casos, miles de llamados telefónicos y donaciones que debemos administrar de la manera más estratégica posible.
Un minuto, un segundo en estos episodios son claves para poder ayudar a quien lo necesita, por eso debemos estar a la altura de las circunstancia y ejercer nuestros saberes de manera profesional.
Nuestra tarea es localizar a las instituciones que puedan colaborar con cada situación en especial e indicarle a la gente donde tiene que canalizar sus aportes, tanto materiales como económicos.
-¿Cuáles son sensaciones o experiencias que rescata de su visita a Jujuy?
-Me llevo en mi cabeza y en mi corazón a personas muy cálidas que me han tratado de maravilla durante estos días. También los paisajes que son bellísimos que no se ven en otros lados.
Son un pueblo incomparable y tienen todo para crecer si lo proponen.
En cuanto a experiencia tienen desarrolladas muchas temáticas, el trabajo social en contra de la violencia de género, los proyectos sobre defensa y protección de animales, la asistencia a personas en situación de calle, en especial una experiencia sobre voluntariado en teatro, idea que me sorprendió y me llevó como ejemplo a Estados Unidos.
Quiero aclarar que en nuestro país los jóvenes utilizan el sistema de voluntariado como primer paso para poder insertarse en carreras o profesiones y luego si les interesa lo profundizan de manera en forma personal en alguna ONG. Ellos quieren hacer actividades que sean distintas a sus trabajos y tomarlos muchas veces como actividad recreativas
En Jujuy se ve mucha pasión en los jóvenes que realizan voluntariado, mucha fuerza, ganas de salir, y no solos sino muchas veces acompañados de sus familiares y amigos. Tienen incorporado la misión de construir un gran movimiento de voluntariado.
Lo único que falta es profesionalizarse y organizarse para poder canalizar toda esa energía y transformarla en buenas acciones.