ABRA PAMPA (Corresponsal). Mañana 4 de enero se recuerda la Batalla de Quera, hecho suscitado en el año 1.875, después de la Batalla del Abra de la Cruz en Cochinoca afines por la lucha de las tierras por originarios. Se prevé un homenaje a cargo de su comisión permanente a cargo de Vicente Mamaní.
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ABRA PAMPA (Corresponsal). Mañana 4 de enero se recuerda la Batalla de Quera, hecho suscitado en el año 1.875, después de la Batalla del Abra de la Cruz en Cochinoca afines por la lucha de las tierras por originarios. Se prevé un homenaje a cargo de su comisión permanente a cargo de Vicente Mamaní.
Después de las 9.30 está previsto la recepción de autoridades con posterior homenaje a la Madre Tierra y el acto protocolar, donde se prevé la presencia de Luis Liquín, intendente de Abra Pampa, entre otras autoridades. También se prevé misa por los caídos en la Batalla de Quera y descubrimiento de placa conmemorativa. Tras el acto habrá una gran locreada y encuentros de futbol.
La historia cuenta que el ejército oficialista contaba con 1.100 hombres equipados adecuadamente, contra 800 hombres aborígenes con escasas armas de fuego, lanzas, boleadoras y hondas de hilo de llama. La batalla habría iniciado a media mañana, iniciando el ataque las fuerza oficialista por tres frentes; el primero en forma frontal por donde estaban atrincherados los puneños en los cerros de Quera, estando al frente el comandante Aguilar y el mismo Álvarez Prado. El segundo ataque fue por el flanco derecho por la parte norte al mando del comandante Villegas.
Los puneños, también en forma organizada e inmediata presentaron batalla divididos en distintos frentes, el primero al sur al mando del comandante Benjamín Gonza. El tercero por el noroeste dirigido por el comandante José María Maidana y por el norte dirigido por Laureano Saravia, quien a su vez dirigía toda la operación bélica.
A media tarde del glorioso 4 de enero la lucha se hizo general y encarnizada, cuerpo a cuerpo, hasta que al caer la tarde los puneños por falta de municiones tuvieron que retroceder y traspasar los altos cerros desplegados en forma de abanicos con el fin de no ser cercados, pero la superioridad numérica y de equipamiento hizo inevitable la victoria del ejército oficialista.
Los comandantes Zurita, Gonza y Anastacio Inca fueron capturados y fusilados en el acto, mientras que los comandantes Laureano Saravia y José María Saravia lograron escapar.