En el salón parroquial, ubicado en calle 9 de Julio se encontraban alrededor de 60 personas ayer, pero unas 200 ya se encontraban en la capital luego de ser evacuadas.
Entre lágrimas, la coordinadora de la parroquia, Nicolasa de Martínez, indicó que apenas escuchó el estruendo del alud entendió que la iglesia era el lugar más alto del pueblo, y rápidamente ingresó a lo alto y tocó incesantemente las campanas para que la gente se acercara mientras corría el barro por las calles.
"Veía cómo corría la gente hacia la iglesia, y por medio de las calles corrían en el agua las camas, las heladeras, de todo. Aquí la mayoría de las familias perdieron todo", relató Martínez.
Totalmente acongojada también, la docente del pueblo, Patricia Videla, relató que ella vivía en calle San Martín y que el barro reventó el adobe de toda la arteria del pueblo.
"El barro nos tapó hasta las rodillas, salimos segundos antes de que la casa se nos viniera abajo", dijo la vecina que por su parte fue trasladada en primera instancias al CIC, donde funciona la sala de primeros auxilios.
Ambos espacios fueron los que albergaron a cientos de personas y ayer recibieron el grueso de las donaciones.
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En el salón parroquial, ubicado en calle 9 de Julio se encontraban alrededor de 60 personas ayer, pero unas 200 ya se encontraban en la capital luego de ser evacuadas.
Entre lágrimas, la coordinadora de la parroquia, Nicolasa de Martínez, indicó que apenas escuchó el estruendo del alud entendió que la iglesia era el lugar más alto del pueblo, y rápidamente ingresó a lo alto y tocó incesantemente las campanas para que la gente se acercara mientras corría el barro por las calles.
"Veía cómo corría la gente hacia la iglesia, y por medio de las calles corrían en el agua las camas, las heladeras, de todo. Aquí la mayoría de las familias perdieron todo", relató Martínez.
Totalmente acongojada también, la docente del pueblo, Patricia Videla, relató que ella vivía en calle San Martín y que el barro reventó el adobe de toda la arteria del pueblo.
"El barro nos tapó hasta las rodillas, salimos segundos antes de que la casa se nos viniera abajo", dijo la vecina que por su parte fue trasladada en primera instancias al CIC, donde funciona la sala de primeros auxilios.
Ambos espacios fueron los que albergaron a cientos de personas y ayer recibieron el grueso de las donaciones.