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Protesta de maestros en Oaxaca deja seis muertos

Martes, 21 de junio de 2016 01:30
<div>RECLAMO / MAESTROS MEXICANOS EN CONTRA DE LA REFORMA EDUCATIVA DEL GOBIERNO.</div><div>
México atravesó ayer una jornada de sorpresa e indignación por los violentos enfrentamientos entre maestros y fuerzas de seguridad que dejaron seis muertos y más de 100 heridos en el estado sureño Oaxaca, en una protesta contra la reforma educativa que pareció revivir los violentos choques que sacudieron a la ciudad en 2006.
Los bloqueos de carreteras y las agresiones con piedras, gases lacrimógenos e incluso armas de fuego fueron una constante en las protestas que encabezaron los maestros de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (Cnte), quienes intentaron ser replegados por 800 policías.
El gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, detalló en una conferencia de prensa que los enfrentamientos habían dejado, hasta ese momento, seis muertos y 53 civiles lesionados, a los que se suman otra tanda de 55 policías heridos: 41 federales y 14 estatales.
Otras 21 personas fueron detenidas durante los disturbios, por lo que fueron puestas a disposición de la fiscalía estatal para que ésta determinara su situación legal frente a los hechos que se les imputan, explicó el comisionado general de la Policía Federal, Enrique Galindo.
Los primeros choques fueron cuando se puso en marcha un operativo para desalojar el bloqueo de la ruta federal 190 en el municipio Asunción Nochixtlán, donde los manifestantes incendiaron algunos tráileres de empresas privadas para impedir el avance de los policías.
El enfrentamiento se prolongó durante varias horas y se registraron disparos de armas de fuego por parte de ambos bandos.
El jefe policial Galindo afirmó que la intervención de la fuerza fue "a petición de diversos dirigentes de organizaciones gremiales y del sector privado oaxaqueño", porque los repetidos bloqueos de esta semana "han afectado gravemente el abasto de alimentos, medicamentos, combustibles e insumos básicos".
El coordinador de la Comisión Política de la Sección 22 de la Cnte, condenó las muertes y reclamó la apertura de una mesa de diálogo.
La rebelión de los miembros del ala radical del poderoso sindicato de maestros de educación elemental en escuelas públicas comenzó hace tres años, tras la aprobación de una reforma que obliga a los profesores a someterse exámenes para permanecer en su cargo o ser promovidos.

Antecedentes
Estas manifestaciones se prolongan desde hace meses con distintas intensidades en los estados con fuerte presencia de la Cnte, principalmente Oaxaca, Chiapas (sureste), Guerrero (sur), Michoacán (oeste) y Ciudad de México, pero no habían llegado a enfrentamientos armados.
Las protestas recrudecieron tras la detención de dos líderes magisteriales, uno acusado de enriquecimiento ilícito y otro de robo agravado de libros educativos oficiales.
Entre junio de 2006 y julio de 2007, en Oaxaca hubo violentas protestas desencadenadas por la Cnte, que luego conformó la Asamblea Popular de los Pueblos junto a otras organizaciones.
Las protestas dejaron una veintena de muertos, entre ellos el camarógrafo estadounidense Brad Will, ultimado cuando cubría una manifestación y cuyo caso fue catalogado como una "ejecución extrajudicial" por una comisión que denunció también actos de tortura y desapariciones forzadas por parte de autoridades y policías.
La justificación del Gobierno
Luego de que el gobierno desmintió que los uniformados hubieran ido armados a reprimir a los manifestantes, el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, reconoció que los uniformados recurrieron a sus armas ante el acecho de unas 2 mil personas "radicales", algunas armadas.
Periodistas gráficos locales aseguran haber captado a civiles y policías disparando una hora antes de esos enfrentamientos.
Galindo señaló que se realizan necropsias a las víctimas, de entre 19 y 33 años, para determinar si murieron por disparos de armas policiales.
"Lo que nos interesa muchísimo es poder ver el calibre de las armas que mataron a estas personas", dijo Jorge Alberto Ruiz, secretario de Seguridad Pública estatal.
La Cnte defendió el carácter pacífico de sus protestas, atribuyó los actos de violencia a "infiltrados" vestidos de civil y demandó la renuncia del gobernador Cué.
El dirigente Juan García pidió que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos investigue los hechos y acusó a los policías de "disparar sin piedad".

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México atravesó ayer una jornada de sorpresa e indignación por los violentos enfrentamientos entre maestros y fuerzas de seguridad que dejaron seis muertos y más de 100 heridos en el estado sureño Oaxaca, en una protesta contra la reforma educativa que pareció revivir los violentos choques que sacudieron a la ciudad en 2006.
Los bloqueos de carreteras y las agresiones con piedras, gases lacrimógenos e incluso armas de fuego fueron una constante en las protestas que encabezaron los maestros de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (Cnte), quienes intentaron ser replegados por 800 policías.
El gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, detalló en una conferencia de prensa que los enfrentamientos habían dejado, hasta ese momento, seis muertos y 53 civiles lesionados, a los que se suman otra tanda de 55 policías heridos: 41 federales y 14 estatales.
Otras 21 personas fueron detenidas durante los disturbios, por lo que fueron puestas a disposición de la fiscalía estatal para que ésta determinara su situación legal frente a los hechos que se les imputan, explicó el comisionado general de la Policía Federal, Enrique Galindo.
Los primeros choques fueron cuando se puso en marcha un operativo para desalojar el bloqueo de la ruta federal 190 en el municipio Asunción Nochixtlán, donde los manifestantes incendiaron algunos tráileres de empresas privadas para impedir el avance de los policías.
El enfrentamiento se prolongó durante varias horas y se registraron disparos de armas de fuego por parte de ambos bandos.
El jefe policial Galindo afirmó que la intervención de la fuerza fue "a petición de diversos dirigentes de organizaciones gremiales y del sector privado oaxaqueño", porque los repetidos bloqueos de esta semana "han afectado gravemente el abasto de alimentos, medicamentos, combustibles e insumos básicos".
El coordinador de la Comisión Política de la Sección 22 de la Cnte, condenó las muertes y reclamó la apertura de una mesa de diálogo.
La rebelión de los miembros del ala radical del poderoso sindicato de maestros de educación elemental en escuelas públicas comenzó hace tres años, tras la aprobación de una reforma que obliga a los profesores a someterse exámenes para permanecer en su cargo o ser promovidos.

Antecedentes
Estas manifestaciones se prolongan desde hace meses con distintas intensidades en los estados con fuerte presencia de la Cnte, principalmente Oaxaca, Chiapas (sureste), Guerrero (sur), Michoacán (oeste) y Ciudad de México, pero no habían llegado a enfrentamientos armados.
Las protestas recrudecieron tras la detención de dos líderes magisteriales, uno acusado de enriquecimiento ilícito y otro de robo agravado de libros educativos oficiales.
Entre junio de 2006 y julio de 2007, en Oaxaca hubo violentas protestas desencadenadas por la Cnte, que luego conformó la Asamblea Popular de los Pueblos junto a otras organizaciones.
Las protestas dejaron una veintena de muertos, entre ellos el camarógrafo estadounidense Brad Will, ultimado cuando cubría una manifestación y cuyo caso fue catalogado como una "ejecución extrajudicial" por una comisión que denunció también actos de tortura y desapariciones forzadas por parte de autoridades y policías.
La justificación del Gobierno
Luego de que el gobierno desmintió que los uniformados hubieran ido armados a reprimir a los manifestantes, el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, reconoció que los uniformados recurrieron a sus armas ante el acecho de unas 2 mil personas "radicales", algunas armadas.
Periodistas gráficos locales aseguran haber captado a civiles y policías disparando una hora antes de esos enfrentamientos.
Galindo señaló que se realizan necropsias a las víctimas, de entre 19 y 33 años, para determinar si murieron por disparos de armas policiales.
"Lo que nos interesa muchísimo es poder ver el calibre de las armas que mataron a estas personas", dijo Jorge Alberto Ruiz, secretario de Seguridad Pública estatal.
La Cnte defendió el carácter pacífico de sus protestas, atribuyó los actos de violencia a "infiltrados" vestidos de civil y demandó la renuncia del gobernador Cué.
El dirigente Juan García pidió que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos investigue los hechos y acusó a los policías de "disparar sin piedad".

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