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Entierro del Pim Pim de la comunidad guaraní

Jueves, 25 de febrero de 2016 01:30
Como ya es tradicional y de acuerdo a la fecha que marca el calendario, las distintas comparsas y comunidades guaraní cumplen con el ritual del entierro del carnaval o del Pim Pim, oportunidad en que agradecen por el tiempo festivo en el que dieron rienda suelta a la alegría, disfrutando a pleno la fiesta carnestolenda.
Una de las comunidades guaraní que cumplió ya con el ritual fue "Tata Endy" o "Fuego que arde", de la finca Chalicán, a cargo de la mburuvicha guazú Dominga Mendieta.
"Nuestra comunidad, tiene dos mojones, uno donde se realiza el desentierro que está en medio de los cañaverales, camino al rio y el otro está hacia abajo a los pies de un viejo pacará" comentó Dominga Mendieta. Al dar detalles del ritual, sostuvo que desde hace 16 años lo efectúa la comunidad ya constituida con personería jurídica, aunque desde hace muchos años, fueron sus abuelos, luego sus padres, quienes comenzaron con la ceremonia del desentierro, la mujeres luciendo sus coloridos tipoy y los hombres con sus mascaritas, que representan a los distintos animales de la selva tropical.
"Hacemos la ofrenda a la madre tierra y también le agradecemos a nuestro Dios Padre y el reconocimiento de todos nuestros ancestros. Nos reunimos en la cancha donde se hace el "juego", la lucha del tigre y el toro, el tigre que representa a los guaraní y el toro representa a la gente blanca, luego llegamos al mojón para el desentierro".
Agregó que durante los días que se suceden cada uno vive y siente el carnaval a su manera, son días festivos donde dan rienda suelta a la alegría.
Indicó que para el entierro, los miembros de la comunidad parten danzando, la columna es presidida por la gran cruz, realizada con la flor amarilla de una especie arbórea llamada carnaval, que es depositada sobre el árbol en otro mojón. "Allí se realiza también la ofrenda, de bebidas como la chicha, el vino, las gaseosas, cigarrillos, coca, y dejamos las mascaritas y alguna ropa que se utilizó para vivir el carnaval" dijo, agregando que la fiesta también tiene un profundo sentir de la religiosidad popular, respetando el tiempo de cuaresma. Acotó que muchos heredaron esa devoción por ello la gran fiesta denota devoción donde se fusiona el ritual de una cultura pero que está impregnada por la fe.
La comunidad Tata Endy, obtuvo su personería jurídica hace 16 años y desde antes se ocupa de las ceremonias.
Finalmente la mburuvicha Dominga adelantó que en Chalicán todavía falta realizar dos entierros más.

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Como ya es tradicional y de acuerdo a la fecha que marca el calendario, las distintas comparsas y comunidades guaraní cumplen con el ritual del entierro del carnaval o del Pim Pim, oportunidad en que agradecen por el tiempo festivo en el que dieron rienda suelta a la alegría, disfrutando a pleno la fiesta carnestolenda.
Una de las comunidades guaraní que cumplió ya con el ritual fue "Tata Endy" o "Fuego que arde", de la finca Chalicán, a cargo de la mburuvicha guazú Dominga Mendieta.
"Nuestra comunidad, tiene dos mojones, uno donde se realiza el desentierro que está en medio de los cañaverales, camino al rio y el otro está hacia abajo a los pies de un viejo pacará" comentó Dominga Mendieta. Al dar detalles del ritual, sostuvo que desde hace 16 años lo efectúa la comunidad ya constituida con personería jurídica, aunque desde hace muchos años, fueron sus abuelos, luego sus padres, quienes comenzaron con la ceremonia del desentierro, la mujeres luciendo sus coloridos tipoy y los hombres con sus mascaritas, que representan a los distintos animales de la selva tropical.
"Hacemos la ofrenda a la madre tierra y también le agradecemos a nuestro Dios Padre y el reconocimiento de todos nuestros ancestros. Nos reunimos en la cancha donde se hace el "juego", la lucha del tigre y el toro, el tigre que representa a los guaraní y el toro representa a la gente blanca, luego llegamos al mojón para el desentierro".
Agregó que durante los días que se suceden cada uno vive y siente el carnaval a su manera, son días festivos donde dan rienda suelta a la alegría.
Indicó que para el entierro, los miembros de la comunidad parten danzando, la columna es presidida por la gran cruz, realizada con la flor amarilla de una especie arbórea llamada carnaval, que es depositada sobre el árbol en otro mojón. "Allí se realiza también la ofrenda, de bebidas como la chicha, el vino, las gaseosas, cigarrillos, coca, y dejamos las mascaritas y alguna ropa que se utilizó para vivir el carnaval" dijo, agregando que la fiesta también tiene un profundo sentir de la religiosidad popular, respetando el tiempo de cuaresma. Acotó que muchos heredaron esa devoción por ello la gran fiesta denota devoción donde se fusiona el ritual de una cultura pero que está impregnada por la fe.
La comunidad Tata Endy, obtuvo su personería jurídica hace 16 años y desde antes se ocupa de las ceremonias.
Finalmente la mburuvicha Dominga adelantó que en Chalicán todavía falta realizar dos entierros más.

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