El año electoral va tomando calor
Ayer se votó en cinco distritos que suman el 20 % del padrón nacional y, de ese modo, los motores del año electoral comienzan a funcionar a pleno. Hubo pocas sorpresas pero existen elementos que pueden ir perfilando hacia dónde se dirigirá el cambio de ciclo que se inicia en diciembre.
En Córdoba y en la capital federal el kirchnerismo sufrió derrotas previsibles. En La Rioja, el Frente para la Victoria imponía, también previsiblemente, a Sergio Casas como sucesor de Luis Beder Herrera sobre Julio Martínez, de la Fuerza Cívica Riojana, (radicales, massistas y macristas). Casas proviene del peronismo puro y, al igual que la fueguina Rosana Bertone, mantiene cierta distancia con el cristinismo.
En las internas de La Pampa, el peronista anti k Carlos Berna dejó fuera de carrera a Fabián Bruna, impulsado por La Cámpora y por la propia presidenta.
El muy amplio triunfo de Horacio Rodríguez Larreta en la ciudad porteña estuvo a punto de evitar el balotaje con Martín Lousteau, que será el 19 de julio. El kirchnerismo y el trotskismo serán los árbitros en una disputa cuyo beneficiario es Mauricio Macri: ambos candidatos integran el frente Cambiemos.
En Córdoba, Juan Schiaretti derrotaba a Oscar Aguad, el candidato de la UCR, el PRO y el juecismo. Celebraron con él los dos precandidatos presidenciales del Frente Renovador, José Manuel de la Sota, quien capitalizó especialmente la victoria, y Sergio Massa con su compañero de fórmula, Gustavo Sáenz.
Salvo en La Pampa los oficialismos volvieron a imponerse. Los triunfos opositores en Córdoba, Santa Fe, Mendoza y la Capital Federal no habilitan a deducir un resultado para las presidenciales. Falta Buenos Aires, donde gobierna Daniel Scioli, y faltan casi todas las provincias del Norte. Además, el oficialismo nacional sigue contando con la ventaja del control del Estado y por ahora, del Partido Justicialista donde se libra una batalla política poco disimulada entre kirchnersmo y peronismo, que para muchos parecen lo mismo, pero que van mostrando matices cuya conciliación no será sencilla.
El año electoral va tomando calor
Ayer se votó en cinco distritos que suman el 20 % del padrón nacional y, de ese modo, los motores del año electoral comienzan a funcionar a pleno. Hubo pocas sorpresas pero existen elementos que pueden ir perfilando hacia dónde se dirigirá el cambio de ciclo que se inicia en diciembre.
En Córdoba y en la capital federal el kirchnerismo sufrió derrotas previsibles. En La Rioja, el Frente para la Victoria imponía, también previsiblemente, a Sergio Casas como sucesor de Luis Beder Herrera sobre Julio Martínez, de la Fuerza Cívica Riojana, (radicales, massistas y macristas). Casas proviene del peronismo puro y, al igual que la fueguina Rosana Bertone, mantiene cierta distancia con el cristinismo.
En las internas de La Pampa, el peronista anti k Carlos Berna dejó fuera de carrera a Fabián Bruna, impulsado por La Cámpora y por la propia presidenta.
El muy amplio triunfo de Horacio Rodríguez Larreta en la ciudad porteña estuvo a punto de evitar el balotaje con Martín Lousteau, que será el 19 de julio. El kirchnerismo y el trotskismo serán los árbitros en una disputa cuyo beneficiario es Mauricio Macri: ambos candidatos integran el frente Cambiemos.
En Córdoba, Juan Schiaretti derrotaba a Oscar Aguad, el candidato de la UCR, el PRO y el juecismo. Celebraron con él los dos precandidatos presidenciales del Frente Renovador, José Manuel de la Sota, quien capitalizó especialmente la victoria, y Sergio Massa con su compañero de fórmula, Gustavo Sáenz.
Salvo en La Pampa los oficialismos volvieron a imponerse. Los triunfos opositores en Córdoba, Santa Fe, Mendoza y la Capital Federal no habilitan a deducir un resultado para las presidenciales. Falta Buenos Aires, donde gobierna Daniel Scioli, y faltan casi todas las provincias del Norte. Además, el oficialismo nacional sigue contando con la ventaja del control del Estado y por ahora, del Partido Justicialista donde se libra una batalla política poco disimulada entre kirchnersmo y peronismo, que para muchos parecen lo mismo, pero que van mostrando matices cuya conciliación no será sencilla.