"Dilma, quiero agradecerle por haber llevado la alianza entre nuestros dos países a un nuevo nivel", dijo Obama en una conferencia de prensa conjunta luego de una reunión en el Salón Oval de la Casa Blanca.
La reunión y el tono de las declaraciones marcó el fin de las tensiones entre Washington y Brasilia y lanzó una nueva etapa entre los dos países, concentrada en la cooperación y en el esfuerzo para multiplicar el intercambio comercial. Los lazos entre ambos países sufrieron un verdadero terremoto en 2013 ante las revelaciones de que la inteligencia estadounidense había interceptado teléfonos personales de Rousseff. El escándalo motivó la postergación de una visita a Estados Unidos programada para octubre de ese año.
Sin embargo, ayer Rousseff dejó en claro que su gobierno consideraba el caso una página pasada. "Yo creo en el presidente Obama. Él me dijo que cuando necesite alguna información sobre Brasil me llamará por teléfono. Tengo la seguridad de que las condiciones son diferentes ahora", dijo la mandataria durante la conferencia.
Acuerdos
Un comunicado conjunto de siete páginas marcó el cambio de tono en las relaciones entre los dos gigantes, y destacó las cuatro instancias puestas en marcha para mejorar el diálogo en áreas de alianza global, economía y finanzas, estrategia energética y cooperación en Defensa.
El documento no menciona metas específicas, pero fuentes de las dos delegaciones coincidieron en señalar que la intención es concentrar esfuerzos para duplicar el comercio en los próximos 10 años, una tarea que requerirá negociaciones, por ejemplo, sobre barreras en los dos países.
Obama y Rousseff también pusieron énfasis en la cooperación en el área ambiental, en particular en el combate al calentamiento global, y pidieron un acuerdo mundial durante la conferencia COP 21 sobre el clima, en diciembre en París.
"Dilma, quiero agradecerle por haber llevado la alianza entre nuestros dos países a un nuevo nivel", dijo Obama en una conferencia de prensa conjunta luego de una reunión en el Salón Oval de la Casa Blanca.
La reunión y el tono de las declaraciones marcó el fin de las tensiones entre Washington y Brasilia y lanzó una nueva etapa entre los dos países, concentrada en la cooperación y en el esfuerzo para multiplicar el intercambio comercial. Los lazos entre ambos países sufrieron un verdadero terremoto en 2013 ante las revelaciones de que la inteligencia estadounidense había interceptado teléfonos personales de Rousseff. El escándalo motivó la postergación de una visita a Estados Unidos programada para octubre de ese año.
Sin embargo, ayer Rousseff dejó en claro que su gobierno consideraba el caso una página pasada. "Yo creo en el presidente Obama. Él me dijo que cuando necesite alguna información sobre Brasil me llamará por teléfono. Tengo la seguridad de que las condiciones son diferentes ahora", dijo la mandataria durante la conferencia.
Acuerdos
Un comunicado conjunto de siete páginas marcó el cambio de tono en las relaciones entre los dos gigantes, y destacó las cuatro instancias puestas en marcha para mejorar el diálogo en áreas de alianza global, economía y finanzas, estrategia energética y cooperación en Defensa.
El documento no menciona metas específicas, pero fuentes de las dos delegaciones coincidieron en señalar que la intención es concentrar esfuerzos para duplicar el comercio en los próximos 10 años, una tarea que requerirá negociaciones, por ejemplo, sobre barreras en los dos países.
Obama y Rousseff también pusieron énfasis en la cooperación en el área ambiental, en particular en el combate al calentamiento global, y pidieron un acuerdo mundial durante la conferencia COP 21 sobre el clima, en diciembre en París.