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14 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Un diagnóstico oportuno le devolvió la movilidad

Con dolor llegó a la clínica Fátima donde le detectaron a tiempo una espondilitis, que pudo dejarlo paralizado.
Jueves, 14 de agosto de 2025 06:14
CLAUDIO BEJARANO | NEUROCIRUJANO DE CLÍNICA FÁTIMA Y DIEGO CABANA.

Diego Cabana estuvo al borde de perder la capacidad de caminar. El año pasado comenzó con fuertes dolores de espalda que no cedían, pero durante casi dos meses recibió diagnósticos equivocados. La verdadera causa era una espondilitis, enfermedad poco frecuente que afecta las vértebras y puede provocar parálisis si no se trata a tiempo. Hoy está de alta y agradece a la clínica Fátima y al neurocirujano Claudio Bejarano quien lo trató con éxito.

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Diego Cabana estuvo al borde de perder la capacidad de caminar. El año pasado comenzó con fuertes dolores de espalda que no cedían, pero durante casi dos meses recibió diagnósticos equivocados. La verdadera causa era una espondilitis, enfermedad poco frecuente que afecta las vértebras y puede provocar parálisis si no se trata a tiempo. Hoy está de alta y agradece a la clínica Fátima y al neurocirujano Claudio Bejarano quien lo trató con éxito.

"Me dolía la espalda, me dolía y me dolía. Estuve casi un mes y medio yendo al médico y siempre me decían que era neumonía, pero el dolor no pasaba. Después me dijeron que era anemia. Y así seguí, hasta que decidí venir para acá", relató el paciente quien se había tratado sin resultado en Libertador General San Martín.

Luego llegó a la clínica "Nuestra Señora de Fátima" de Palpalá, donde se puso en manos del neurocirujano Claudio Bejarano. Fue él quien, tras una evaluación clínica y la revisión de estudios previos le diagnosticó espondilitis, una enfermedad poco frecuente que afecta las vértebras y los discos, y que puede comprometer las partes blandas circundantes. En este caso, la infección ya había provocado inestabilidad espinal, lo que implicaba un riesgo alto de parálisis.

"Es un paciente que tenía una patología compleja que en un principio se interpretó erróneamente como una tuberculosis. La espondilitis es una enfermedad difícil, con diagnósticos diferenciales que pueden confundirla con otras entidades. Afortunadamente llegamos a un diagnóstico oportuno y pudimos actuar", explicó el médico.

Dijo que la espondilitis puede desarrollarse por la diseminación de gérmenes a través de la sangre, generalmente provenientes de la piel, del tracto genitourinario o gastrointestinal, y se presenta de forma variable según la ubicación, puede ser más o menos grave. "En su caso el foco era dorsal", dijo lo que podría haber derivado en una paraplejía y si hubiera sido cervical, podría haber comprometido los cuatro miembros.

El tratamiento fue quirúrgico ya que en la Clínica se le realizó una instrumentación dorsal con tornillos y barras para estabilizar la columna, además de identificar el germen responsable y administrar la terapia adecuada. "Se trataba de evitar que la inestabilidad avanzara hacia un déficit neurológico total. Tuvo un tratamiento oportuno y, por suerte una buena evolución", agregó.

Cabana estuvo internado entre cuatro y cinco meses, donde recibió no solo atención médica sino también el acompañamiento constante de los enfermeros de los tres turnos y profesionales de la Clínica a quienes agradeció. "Hubo momentos en los que estaba desesperado y quería irme, pero siempre tuve la contención de mi familia y de todo el personal. El doctor Bejarano venía a verme a cada rato, siempre dándome ánimo para seguir. Siempre estuvo pendiente, incluso después del alta, mandándome mensajes para saber cómo estaba", destacó.

A pesar de que su cobertura médica le ofrecía la posibilidad de derivarlo a Buenos Aires, él decidió quedarse en Palpalá. "Me querían llevar a otro lado, pero decidí quedarme acá porque me dieron mucha confianza el médico y los enfermeros", expresó.

Hoy, Cabana puede caminar normalmente, se reintegró al trabajo ya que es empleado municipal y también se desempeña por las tardes en una carnicería, por lo que la movilidad era indispensable. Su estado actual de salud le permite realizar sus actividades cotidianas más allá de su vida laboral.

"Gracias a Dios, ahora puedo moverme y trabajar como antes. Sigo con tratamiento y controles, pero estoy bien. Estoy muy agradecido al doctor y a todo el personal que me atendió. Ellos hicieron posible que pueda seguir con mi vida normal", expresó Cabana quien no deja los controles.

El médico, Bejarano explicó que este tipo de patologías no siempre requieren cirugía, pero en casos como el de Cabana la instrumentación era imprescindible. "No siempre se opera, a veces se hace una biopsia y tratamiento médico si el paciente responde bien. Pero aquí había una inestabilidad secundaria a la infección, por lo que la cirugía era necesaria. El diagnóstico temprano es clave, porque si uno no lo piensa, pasa desapercibido y el paciente llega tarde, con secuelas irreversibles", explicó.

La experiencia de Cabana significa para su médico, un recordatorio de la importancia de sospechar y descartar enfermedades menos frecuentes ya que en este caso se podía confundir con TBC ósea.

A este paciente llegar a tiempo le permitió no solo conservar su movilidad, sino también su independencia y su calidad de vida, de la que está agradecido.

 

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