Algunas de las mujeres recientemente liberadas de las garras del grupo islamista Boko Haram por el Ejército de Nigeria contaron ayer las violaciones, el sufrimiento, el hambre y las amenazas que padecieron durante su cautiverio en manos de los islamistas que azotan el norte del país africano desde 2009.
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Algunas de las mujeres recientemente liberadas de las garras del grupo islamista Boko Haram por el Ejército de Nigeria contaron ayer las violaciones, el sufrimiento, el hambre y las amenazas que padecieron durante su cautiverio en manos de los islamistas que azotan el norte del país africano desde 2009.
Unas 700 mujeres y menores fueron rescatadas entre el martes y el sábado en tres operaciones militares en el bosque de Sambisa, estado de Borno, y ayer en Madagali, en el vecino estado de Adamawa, ambos fronterizos con Chad y Camerún, y lo peor se confirmó: muchas de ellas están embarazadas. Los testimonios desgarradores, a los que ahora se suman informes médicos, dan cuenta de decenas de embarazos no deseados, producto de violaciones constantes, reflejan la violencia ejercida por el grupo más sanguinario de África contra estas mujeres. Muchas de ellas fueron casadas a la fuerza, obligadas a combatir y a presenciar el asesinato de sus maridos o padres.
El director ejecutivo del Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa, por sus siglas en inglés), Babatunde Osotimehin, reveló que al menos 214 mujeres y niñas "están visiblemente embarazadas y otras dieron positivo en las pruebas".
"Me convirtieron en un objeto sexual. Hacían turnos para acostarse conmigo. Ahora estoy embarazada y no sé quién es el padre", contó Asabe Aliyu, de 23 años, secuestrada durante seis meses por el grupo islamista, que pretende imponer un califato en Nigeria a pura violencia y con un desprecio total por la vida.
"Secuestraron a toda mi familia y mataron a mi marido en el bosque de Kilkasa cuando yo estaba embarazada de cuatro meses. Luego, en el bosque de Sambisa, dormíamos en el piso. Me dijeron que cuando diera a luz me casarían con uno de sus comandantes", contó Lami Musa. "Pasaban días sin que nos dieran comida ni agua, hasta que hace tres días, la noche antes de ser liberada, di a luz a la niña", agregó la joven.
Muchas de las mujeres y niños liberados se encuentran en la actualidad en distintos campos de desplazados en el noroeste del país.