Por su parte Jaime Pinto Flores, secretario Regional Ministerial de Agricultura de Antofagasta, explicó que el Congreso sirvió también para que los productores de distintas regiones de Chile pudieran reunirse e intercambiar experiencias en torno al congreso y avanzar en torno al cultivo ante la oportunidad de vinculación con el Noroeste argentino que está desarrollando maquinarias adaptadas a la agricultura familiar campesina.
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Por su parte Jaime Pinto Flores, secretario Regional Ministerial de Agricultura de Antofagasta, explicó que el Congreso sirvió también para que los productores de distintas regiones de Chile pudieran reunirse e intercambiar experiencias en torno al congreso y avanzar en torno al cultivo ante la oportunidad de vinculación con el Noroeste argentino que está desarrollando maquinarias adaptadas a la agricultura familiar campesina.
"La agricultura familiar campesina es la que tenemos en nuestro país, una política de gobierno de la presidenta Bachelet de poder potenciarla", explicó Pinto Flores.
Explicó que vieron que los países comparten realidades muy similares, que coinciden con Argentina en potenciar la agricultura familiar, y el mismo fin en preservar y mantener la producción de este cultivo.
Afirmó que en la zona que representa de Antofagasta se cultiva en Socaire y trabajan en avanzar en estudios de eco-tipos locales, y se apunta al consumo local, inclusive San Pedro de Atacama ante la fuerte demanda de turistas extranjeros. Mientras, esperan darle valor agregado aunque estimó que están en une etapa incipiente, por lo que han ideado programas y gestionan financiamiento de las mineras de la zona para incrementar la producción, y mediante Zicosur promover la asociación con productores del Noroeste argentino para lograr volúmen y apuntar a mercados de Asia Pacífico.
Por su parte, uno de los productores chilenos, Presencio Manuel Moscoso, de la primera Región de Chile, explicó que se produce en la región de Colchane y Cariquima, de Tarapacá, e indicó que están supeditados a los cambios climáticos por lo que el año pasado no tuvieron cosecha de quinua real. Se trata de 200 pequeños productores que tienen de 2 a 10 hectáreas cuya producción en buen tiempo llega a 25 quintales, y se comercializa en cambalaches con Bolivia, a quienes el Instituto Nacional Agropecuario prevé ayudarlos en conseguir mercados.