Autoridades mexicanas encontraron ayer muerto a un bebé que fue arrancado de los brazos de sus padres por el poderoso
tornado que azotó el lunes la fronteriza
Ciudad Acuña (noreste), elevando la cifra de fallecidos por el fenómeno a 14, informaron autoridades.
"La cifra sube (de 13) a 14" con el hallazgo del bebé, dijo una fuente del
Gobierno Federal sin dar más detalles. El bebé estaba junto a sus padres en la calle cuando todos "fueron catapultados por el tornado", según explicó la noche del lunes el alcalde de Ciudad Acuña, Evaristo Lenin Pérez.
Algunos de los adultos fallecidos, 10 en total, eran "conductores de automóviles y de camiones que iban a recoger personas para llevarlas a (trabajar a) las fábricas", dijo Rubén Moreira, gobernador del estado de Coahuila, al que pertenece Ciudad Acuña, después de una reunión con el presidente
Enrique Peña Nieto, quien llegó a la zona la noche del lunes. El tornado sorprendió a los pobladores de zonas pobres de Ciudad Acuña, de 136 mil habitantes, al amanecer del lunes haciendo volar por los aires camiones, postes completos de luz, y automóviles que quedaron postrados sobre los techos de pequeñas casas financiadas por el servicio social mexicano.
"Vamos a volverlas a hacer (las casas que sufrieron daños en sus estructuras), no sólo como estaban si no que de mejor manera. No los vamos a dejar solos", se comprometió Peña Nieto frente a damnificados.
Francisco Martínez, director de Protección Civil de Coahuila, dijo que "hay 750 viviendas afectadas, pero en los próximos días sabremos el grado de afectación".
Ocho refugios temporales fueron habilitados pero sólo 48 personas durmieron en ellos. "La mayoría de la gente afectada recurrió a sus familiares", apuntó Martínez.
El tornado azotó al menos siete barrios con una velocidad de 270 a 300 km/h, generado por el efecto de la combinación de un frente frío y una masa de aire caliente proveniente del océano Atlántico.
La mayoría de esos barrios están habitados por obreros que trabajan en maquiladoras (fábricas manufactureras), comentó José Manuel Rodríguez, gerente del hotel La Finca de Ciudad Acuña, vecina de la estadounidense Del Río (Texas, sur).
Autoridades mexicanas encontraron ayer muerto a un bebé que fue arrancado de los brazos de sus padres por el poderoso
tornado que azotó el lunes la fronteriza
Ciudad Acuña (noreste), elevando la cifra de fallecidos por el fenómeno a 14, informaron autoridades.
"La cifra sube (de 13) a 14" con el hallazgo del bebé, dijo una fuente del
Gobierno Federal sin dar más detalles. El bebé estaba junto a sus padres en la calle cuando todos "fueron catapultados por el tornado", según explicó la noche del lunes el alcalde de Ciudad Acuña, Evaristo Lenin Pérez.
Algunos de los adultos fallecidos, 10 en total, eran "conductores de automóviles y de camiones que iban a recoger personas para llevarlas a (trabajar a) las fábricas", dijo Rubén Moreira, gobernador del estado de Coahuila, al que pertenece Ciudad Acuña, después de una reunión con el presidente
Enrique Peña Nieto, quien llegó a la zona la noche del lunes. El tornado sorprendió a los pobladores de zonas pobres de Ciudad Acuña, de 136 mil habitantes, al amanecer del lunes haciendo volar por los aires camiones, postes completos de luz, y automóviles que quedaron postrados sobre los techos de pequeñas casas financiadas por el servicio social mexicano.
"Vamos a volverlas a hacer (las casas que sufrieron daños en sus estructuras), no sólo como estaban si no que de mejor manera. No los vamos a dejar solos", se comprometió Peña Nieto frente a damnificados.
Francisco Martínez, director de Protección Civil de Coahuila, dijo que "hay 750 viviendas afectadas, pero en los próximos días sabremos el grado de afectación".
Ocho refugios temporales fueron habilitados pero sólo 48 personas durmieron en ellos. "La mayoría de la gente afectada recurrió a sus familiares", apuntó Martínez.
El tornado azotó al menos siete barrios con una velocidad de 270 a 300 km/h, generado por el efecto de la combinación de un frente frío y una masa de aire caliente proveniente del océano Atlántico.
La mayoría de esos barrios están habitados por obreros que trabajan en maquiladoras (fábricas manufactureras), comentó José Manuel Rodríguez, gerente del hotel La Finca de Ciudad Acuña, vecina de la estadounidense Del Río (Texas, sur).