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26 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Reducir las distancias, saliendo al encuentro de los otros

Viernes, 15 de mayo de 2015 00:00

El padre Maccagno destacó que "el Papa siempre habla de la cultura del encuentro, y es muy interesante leer este mensaje, para captar conceptos verdaderamente hermosos donde el Pontífice siempre está insistiendo; en la cultura del encuentro en una sociedad de muchos desencuentros".

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El padre Maccagno destacó que "el Papa siempre habla de la cultura del encuentro, y es muy interesante leer este mensaje, para captar conceptos verdaderamente hermosos donde el Pontífice siempre está insistiendo; en la cultura del encuentro en una sociedad de muchos desencuentros".

Más adelante, y luego de referir la importancia y la cercanía de la familia como centro neural de las comunicaciones, en su mensaje, el Papa Francisco acotó que "lo que nos hace entender en la familia, lo que es verdaderamente la comunicación como descubrimiento y construcción de proximidad, es la capacidad de abrazarse, sostenerse, acompañarse, descifrar las miradas y los silencios, reñir y llorar juntos, entre personas que no se han elegido y que, sin embargo, son tan importantes las unas para las otras. Reducir las distancias, saliendo los unos al encuentro de los otros y acogiéndose, es motivo de gratitud y alegría.

Luego apuntó que "visitar, comporta abrir las puertas, no encerrarse en uno mismo, salir, ir hacia el otro. También la familia está viva si respira abriéndose más allá de si misma., y las familias que hacen esto, pueden comunicar su mensaje de vida y de comunión. Pueden dar consuelo y esperanza a las familias más heridas, y hacer crecer la Iglesia misma, que es familia de familias".

A propósito de límites y comunicación, dijo que "tienen mucho que enseñarnos las familias con hijos afectados por una o más discapacidades. El déficit en el movimiento, los sentidos o el intelecto supone siempre una tentación de encerrarse; pero puede convertirse, gracias al amor de los padres, de los hermanos y de otras personas amigas, en un estímulo para abrirse, compartir, comunicar de modo inclusivo, y puede ayudar a la escuela, la parroquia, las asociaciones, a que sean más acogedoras con todos, a que no excluyan a nadie. Además, en un mundo donde tan a menudo se maldice, se habla mal, se siembra cizaña, se contamina nuestro ambiente humano con las habladurías, la familia puede ser una escuela de comunicación como bendición".

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