La
ONU estima que más de 4.700 personas murieron en el este de
Ucrania desde el inicio, en abril pasado, del conflicto entre el Ejército y rebeldes separatistas de la mayoría rusoparlante regional que no se sienten representados por el Gobierno pro occidental asumido en
Kiev tras la destitución del anterior presidente.
La crisis enfrentó a Rusia con Occidente, ya que tanto Kiev como Estados Unidos y sus aliados europeos acusan a Moscú de armar y financiar a los insurgentes. El Kremlin lo niega, pero dice que no dejará que los rusohablantes del este de Ucrania sean aplastados por el Ejército ucraniano.
Con la mediación de la Unión Europea y Rusia, varios altos el fuego acordados a lo largo de la guerra, y aunque redujeron temporalmente los combates, nunca lograron cesar las hostilidades del todo.
Aunque otras fuentes rebeldes señalan que hace días que los milicianos ya han retirado parcialmente la artillería de aquellas zonas donde la tregua es respetada estrictamente.
La
ONU estima que más de 4.700 personas murieron en el este de
Ucrania desde el inicio, en abril pasado, del conflicto entre el Ejército y rebeldes separatistas de la mayoría rusoparlante regional que no se sienten representados por el Gobierno pro occidental asumido en
Kiev tras la destitución del anterior presidente.
La crisis enfrentó a Rusia con Occidente, ya que tanto Kiev como Estados Unidos y sus aliados europeos acusan a Moscú de armar y financiar a los insurgentes. El Kremlin lo niega, pero dice que no dejará que los rusohablantes del este de Ucrania sean aplastados por el Ejército ucraniano.
Con la mediación de la Unión Europea y Rusia, varios altos el fuego acordados a lo largo de la guerra, y aunque redujeron temporalmente los combates, nunca lograron cesar las hostilidades del todo.
Aunque otras fuentes rebeldes señalan que hace días que los milicianos ya han retirado parcialmente la artillería de aquellas zonas donde la tregua es respetada estrictamente.