Las vivas tensiones entre palestinos e israelíes alcanzaron ayer
Cisjordania, agitada por actos violentos en los que tres palestinos resultaron heridos por soldados israelíes infiltrados entre manifestantes.
Este brote de violencia genera en los últimos días comparaciones con las intifadas de 1997 y 2000, y el temor de que augure una tercera revuelta de este tipo.
Cuatro hombres, aparentemente "mustarabines" (infiltrados vestidos como árabes), miembros de unidades especiales, uno de ellos portando una bandera de
Hamas, abrieron fuego contra los lanzadores de piedras, entre los que se habían mezclado cubriendo sus rostros con el tradicional pañuelo árabe (kefie).
Cuando los palestinos se dieron cuenta del engaño les tiraron piedras, a lo que reaccionaron disparando con sus pistolas, hiriendo a tres, uno de ellos de gravedad.
Los palestinos suelen acusar a Israel de mandar a las manifestaciones a miembros de sus fuerzas de seguridad que hablan árabe, disfrazados de manifestantes.
El primer ministro israelí
Benjamin Netanyahu se vio obligado a postergar una visita a
Alemania, pese a los llamados de ambas partes a evitar una escalada.
Las vivas tensiones entre palestinos e israelíes alcanzaron ayer
Cisjordania, agitada por actos violentos en los que tres palestinos resultaron heridos por soldados israelíes infiltrados entre manifestantes.
Este brote de violencia genera en los últimos días comparaciones con las intifadas de 1997 y 2000, y el temor de que augure una tercera revuelta de este tipo.
Cuatro hombres, aparentemente "mustarabines" (infiltrados vestidos como árabes), miembros de unidades especiales, uno de ellos portando una bandera de
Hamas, abrieron fuego contra los lanzadores de piedras, entre los que se habían mezclado cubriendo sus rostros con el tradicional pañuelo árabe (kefie).
Cuando los palestinos se dieron cuenta del engaño les tiraron piedras, a lo que reaccionaron disparando con sus pistolas, hiriendo a tres, uno de ellos de gravedad.
Los palestinos suelen acusar a Israel de mandar a las manifestaciones a miembros de sus fuerzas de seguridad que hablan árabe, disfrazados de manifestantes.
El primer ministro israelí
Benjamin Netanyahu se vio obligado a postergar una visita a
Alemania, pese a los llamados de ambas partes a evitar una escalada.