El presidente de
Estados Unidos Barack Obama prometió que aumentará la presión a
Rusia, tras la muerte de 30 civiles en bombardeos atribuidos a rebeldes separatistas prorrusos contra el estratégico puerto de Mariupol. "Estamos muy preocupados por las últimas violaciones del alto el fuego" en Ucrania, dijo
Obama durante una rueda de prensa en Nueva Delhi. "Y de la agresión cometida por separatistas con apoyo ruso, material ruso, financiamiento ruso y tropas rusas", remató.
El presidente prometió "aumentar la presión a Rusia" en coordinación con otros países occidentales, en alusión a medidas económicas y diplomáticas, pero volvió a excluir una "confrontación militar" con Moscú.
Por su parte, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, declaró en una reunión del Consejo de Seguridad Nacional y de Defensa, que la matanza del sábado en Mariupol la llevaron a cabo separatistas "terroristas que recibieron apoyo de Rusia". Poroshenko dijo basarse en llamadas telefónicas interceptadas por Kiev.
Moscú no tardó en responder, por intermedio de su ministro de Exteriores, Seguei Lavrov. "La agravación de la situación es el resultado de disparos permanentes de las fuerzas ucranianas contra localidades pobladas, en flagrante violación de los acuerdos (de paz) de Minsk", declaró Lavrov.
"Ucrania es partidaria de una solución pacífica del conflicto. No vemos alternativa a los acuerdos de Minsk", afirmó tras el consejo de Seguridad Nacional.
El presidente de
Estados Unidos Barack Obama prometió que aumentará la presión a
Rusia, tras la muerte de 30 civiles en bombardeos atribuidos a rebeldes separatistas prorrusos contra el estratégico puerto de Mariupol. "Estamos muy preocupados por las últimas violaciones del alto el fuego" en Ucrania, dijo
Obama durante una rueda de prensa en Nueva Delhi. "Y de la agresión cometida por separatistas con apoyo ruso, material ruso, financiamiento ruso y tropas rusas", remató.
El presidente prometió "aumentar la presión a Rusia" en coordinación con otros países occidentales, en alusión a medidas económicas y diplomáticas, pero volvió a excluir una "confrontación militar" con Moscú.
Por su parte, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, declaró en una reunión del Consejo de Seguridad Nacional y de Defensa, que la matanza del sábado en Mariupol la llevaron a cabo separatistas "terroristas que recibieron apoyo de Rusia". Poroshenko dijo basarse en llamadas telefónicas interceptadas por Kiev.
Moscú no tardó en responder, por intermedio de su ministro de Exteriores, Seguei Lavrov. "La agravación de la situación es el resultado de disparos permanentes de las fuerzas ucranianas contra localidades pobladas, en flagrante violación de los acuerdos (de paz) de Minsk", declaró Lavrov.
"Ucrania es partidaria de una solución pacífica del conflicto. No vemos alternativa a los acuerdos de Minsk", afirmó tras el consejo de Seguridad Nacional.