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14 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Colocaron pastillas en su vaso, se durmió y la asaltaron

La víctima, Karen Alejo, de 35 años, recurrió a este diario ante la falta de avance de la Justicia jujeña tras la denuncia.

Miércoles, 13 de agosto de 2025 23:27
DENUNCIANTE | KAREN ALEJO, EN EL TRIBUNO DE JUJUY, DONDE BRINDÓ SU RELATO DE LA DENUNCIA REALIZADA EN MARZO.

Era una noche más en la que salió a disfrutar para despejarse, a festejar un cumpleaños, acompañada. El lugar elegido fue un conocido local nocturno de la avenida Párroco Marshke, en el barrio Almirante Brown de la capital jujeña, el pasado domingo 16 de marzo cerca de la medianoche. No se imaginaba que esa noche, la marcaría por ser víctima de un hecho que no tuvo trascendencia en los medios masivos.

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Era una noche más en la que salió a disfrutar para despejarse, a festejar un cumpleaños, acompañada. El lugar elegido fue un conocido local nocturno de la avenida Párroco Marshke, en el barrio Almirante Brown de la capital jujeña, el pasado domingo 16 de marzo cerca de la medianoche. No se imaginaba que esa noche, la marcaría por ser víctima de un hecho que no tuvo trascendencia en los medios masivos.

"Con quien era mi pareja en ese momento, nos fuimos a festejar su cumpleaños un domingo como a las doce de la noche. Decidimos ir al 'Martinazo', ya que había muchas propagandas, todavía seguía el tema del Carnaval", comenzó su relato Karen Alejo, de 35 años, quien se acercó a este diario para contar lo ocurrido.

Si bien los hechos relatados sucedieron hace cinco meses, la damnificada acudió a El Tribuno de Jujuy para hacer público el hecho, ya que desde la Justicia jujeña no se avanzó en la pesquisa tras la denuncia que realizó en la Dirección General de Investigaciones.

Alejo continuó narrando cronológicamente los distintos episodios. "Entramos tipo 1.15, ya era lunes de madrugada. Vamos a la barra, nos quedamos con una cerveza. No estaba tan lleno el lugar, 1.30 se empezó a llenar el lugar, le dije a mi ex 'vamos, escuchemos música más en el centro de la pista' y nos fuimos. Seguimos tomando y al lado mío vino una chica a interactuar conmigo, a hablar", mencionó la entrevistada con respecto a la mujer que junto a un hombre se unió para compartir tragos.

Parecía ser una situación normal dentro de un salón bailable, aunque el devenir de los hechos mostraría lo contrario. "Hablamos con la chica, estaba con su pareja, también. En un momento me cambian el vaso de cerveza. Nunca miré el vaso ni nada", aclaró la damnificada mientras hizo el gesto con sus manos de levantar el recipiente y observar el fondo del mismo.

La situación continuó durante unos treinta minutos, mientras escuchaban música y se preparaba un grupo para dar un show en el escenario. En ese contexto, la denunciante quiso ir al baño y le pidió a la sospechosa que la acompañe.

Eran cerca de las 2 y fue lo último que recordó. "Le digo a la chica 'acompañame al baño', ella me acompaña y sale rápido. No me esperó, me dejó sola. Después empieza a tocar un grupo y es lo último que recuerdo. Recién al día siguiente desperté", narró la entrevistada acerca del hecho que se tornaba aún más oscuro.

Internada

Eran las 11 del lunes 17 de marzo del presente año, cuando la mujer reaccionó en un lugar que conocía, pero desconcertada aún. "Me desperté en el hospital Snopek, en la guardia nueva, empecé a llorar de la impotencia. Siendo mujer, se me cruzaron muchas cosas por la cabeza. La enfermera me dice 'ingresaste como a las 3 y algo en un coma total, no despertabas, te hablamos'". Tras esto, la personal de salud le prestó su teléfono para que avise a sus seres queridos, por las horas que habían transcurrido y porque sus hijos habían quedado al resguardo de la abuela de los mismos.

La denunciante comenzó a reconstruir los hechos que se sucedieron desde la madrugada para poder comprender lo ocurrido. Así fue que intentó saber cómo pasó de estar compartiendo bebidas junto a una pareja dentro de un local bailable a despertar en un hospital, en el lapso de nueve horas. Situación desesperante y de extrema vulnerabilidad para ella por los peligros a los cuales estuvo expuesta luego de beber de un vaso con cerveza con alguna sustancia.

Con esa intención, la víctima comenzó a indagar en diálogo con quien la acompañó al "Martinazo Club". "A mi expareja le pregunto ¿cómo me encontrás vos? ¿cómo es que me llevan en ambulancia? Él me dice, 'habrá sido las 3 y algo'. Él se despierta, no sabe cómo salió, y me ve tirada en el piso. Él reconoció mi remera y las chicas de la sandwichería de enfrente estaban tratando de despertarme, de reanimarme con agua", relató.

La damnificada resaltó la importancia de la presencia de las mujeres que trabajan vendiendo comida, por la protección que tuvo en un momento de extrema vulnerabilidad para ser víctima de otro ilícito, como un posible secuestro.

Además, la enfermera que la asistió le relató que "llamaron al Same, llegó la policía que estaba en el salón. Del boliche nadie se acercó. Me levantan, me llevan hasta el hospital. No desperté en ningún momento, no sentí que me cargaban, nada, absolutamente nada".

La denuncia

Luego de lograr reconstruir lo que padeció en las fatídicas nueve horas, la víctima se vio al espejo y notó los raspones en el costado derecho de su cara, además de los sufridos en la pierna del mismo lateral. Por esa razón, sospecha que una vez en el piso, la arrastraron mientras estaba dormida. También, le robaron el teléfono celular y su billetera en donde tenía dinero y su documento.

Los días siguientes no fueron nada fáciles para la entrevistada por las secuelas psíquicas y en el sueño. "En mi casa, entrecortado dormí dos o tres días seguidos. Porque evidentemente no fue una pastilla que 'va a durar tres horas y se le pasa'. Después dudé un montón en hacer la denuncia", a raíz del pudor que sentía y la culpabilidad que la perseguía.

Luego de transcurrir una semana y de dialogar sobre lo ocurrido con un ser querido, Alejo tomó la decisión de acercarse hasta la Dirección General de Investigaciones de la Policía, ubicada en el barrio Chijra de la capital jujeña. En la dependencia realizó la denuncia del hecho, y aportó la descripción de la mujer con la que compartió la bebida: de entre 25 y 28 años, tez trigueña, cabello largo y lacio, de aproximadamente 1,55 metros de altura y contextura robusta.

Volvió al local bailable y no le permitieron el ingreso

HOSPITAL “SNOPEK” | DONDE PERMANECIÓ INTERNADA LA VÍCTIMA.

Más allá del hecho relatado por Karen Alejo, quien se acercó hasta la redacción de este diario, la mujer recordó que luego de lo sucedido en marzo del presente año, hace pocas semanas intentó ingresar al “Martinazo Club”, en compañía de amigos que la invitaron. “Mirá yo estoy traumada con el lugar, no lo quiero pisar. Me insistieron tanto, de ir ahí un rato hasta la medianoche. Traté de ir relajada, de no ser susceptible a nada”, contó la entrevistada.

Sin embargo, al llegar al local nocturno, sus amistades pudieron ingresar, pero al momento de hacerlo ella, una mujer que trabaja en la prevención le denegó el ingreso, invocando que la casa se reservaba el derecho de admisión. “Fue el cumpleaños de una amiga y no me dejaron entrar. A mis amigos les dijeron ‘pasen, pasen, pasen, vos no, la casa se reserva el derecho de admisión’, así me dijeron en la entrada”. Ante esta situación, la entrevistada optó por retirarse para evitar problemas.

Finalmente, con respecto a lo vivido y ahora contado públicamente, Karen Alejo aseguró que “yo lo había visto en diferentes lugares, pero nunca pensé que a mí me iba a pasar. En mi entorno familiar nunca nos pasó. Me quedé con miedo, con esa impotencia. Mi idea es que se haga una denuncia pública, ya que la Justicia no hizo nada para que no vuelva a pasar. Le pido a Dios que no le vuelva a pasar a otra mujer porque fue un trauma.

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