Los dos principales motores de la actividad económica argentina —la construcción y la industria manufacturera— exhibieron señales de enfriamiento en julio, tras meses de expansión y otros de caídas, según reveló el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Ambas ramas cerraron el séptimo mes del año con contracciones en los indicadores mensuales desestacionalizados, lo que refleja el efecto de la menor demanda interna y el ajuste en la inversión privada en un escenario marcado por la incertidumbre económica y la ralentización del consumo.
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Los dos principales motores de la actividad económica argentina —la construcción y la industria manufacturera— exhibieron señales de enfriamiento en julio, tras meses de expansión y otros de caídas, según reveló el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Ambas ramas cerraron el séptimo mes del año con contracciones en los indicadores mensuales desestacionalizados, lo que refleja el efecto de la menor demanda interna y el ajuste en la inversión privada en un escenario marcado por la incertidumbre económica y la ralentización del consumo.
El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) presentó una contracción de 1,8% respecto de junio y una merma de 1,2% en la serie tendencia-ciclo. No obstante, en la comparación interanual, la construcción mantuvo cierto dinamismo, con un aumento de 1,4% frente a julio de 2024 y una mejora acumulada de 9,2% en los siete primeros meses del año.
Por su parte, el Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI manufacturero) acusó un retroceso mensual de 2,3% en la serie desestacionalizada y de 0,9% en la tendencia-ciclo. A nivel interanual, la industria también registró una baja de 1,1%, aunque el saldo para enero-julio sigue siendo positivo, con una suba de 5,8% respecto al mismo lapso del año pasado.
La tensión cambiaria y la consecuente suba de tasas de interés generó un enfriamiento mayor de la economía en julio, que continuó en agosto, agravado por el ruido político y la incertidumbre electoral. En muchos sectores industriales vienen advirtiendo que el consumo está muy deprimido y que el mayor costo de financiación lo complica aún más. Hoy se le suma la derrota política en la provincia de Buenos Aires, que generó una disparada del dólar y un fuerte impacto en los mercados.