26 de Junio,  Jujuy, Argentina
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El enoturismo florece en Jujuy

La provincia pasó de tener cinco a casi veinte bodegas integradas en sus rutas del vino. Con fuerte articulación público-privada, el enoturismo se posiciona como motor económico, cultural e identitario.

Martes, 27 de mayo de 2025 14:02

En un contexto de expansión sostenida, Jujuy se consolida como un nuevo destino enoturístico a nivel nacional. En tan solo unos años, la provincia pasó de contar con apenas cinco bodegas a registrar casi veinte integradas en sus rutas del vino, con una proyección que sigue en ascenso. Este desarrollo no solo posiciona a Jujuy como un actor emergente en la industria vitivinícola, sino que también fortalece el turismo como eje estratégico del crecimiento económico y cultural de la región. En una entrevista con el streaming de El Tribuno de Jujuy, el Ministro de Cultura y Turismo, Federico Posadas, celebró este avance y compartió una mirada profunda sobre el presente y futuro del sector. 
“Hemos pasado de cinco a casi veinte bodegas que se están sumando a las dos rutas del vino que tenemos en la provincia”, señaló Posadas. Para el funcionario, esta transformación es el resultado de un trabajo articulado con el sector privado y una apuesta clara por diversificar la oferta turística.

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En un contexto de expansión sostenida, Jujuy se consolida como un nuevo destino enoturístico a nivel nacional. En tan solo unos años, la provincia pasó de contar con apenas cinco bodegas a registrar casi veinte integradas en sus rutas del vino, con una proyección que sigue en ascenso. Este desarrollo no solo posiciona a Jujuy como un actor emergente en la industria vitivinícola, sino que también fortalece el turismo como eje estratégico del crecimiento económico y cultural de la región. En una entrevista con el streaming de El Tribuno de Jujuy, el Ministro de Cultura y Turismo, Federico Posadas, celebró este avance y compartió una mirada profunda sobre el presente y futuro del sector. 
“Hemos pasado de cinco a casi veinte bodegas que se están sumando a las dos rutas del vino que tenemos en la provincia”, señaló Posadas. Para el funcionario, esta transformación es el resultado de un trabajo articulado con el sector privado y una apuesta clara por diversificar la oferta turística.


“Lo que está ocurriendo en Jujuy con el enoturismo es histórico. Es un producto que no solo potencia nuestra actividad turística, sino que también genera identidad y orgullo en los propios jujeños”, afirmó Posadas. En este sentido, destacó que el objetivo es que cada ciudadano se convierta en un “embajador del vino jujeño”, reconociendo el valor de lo que se produce en su tierra.
El impulso del enoturismo no se limita a ofrecer una experiencia para el visitante, sino que también busca fortalecer el vínculo entre las comunidades locales y los proyectos productivos. La presencia creciente de viñedos y bodegas está transformando incluso el paisaje de regiones como la Quebrada de Humahuaca y los valles templados, integrando nuevas postales a la geografía jujeña.
“El paisaje está cambiando. Las vides dibujan una nueva estética en la Quebrada, y ya se están sumando interesados en desarrollar proyectos en otras zonas, como los valles templados”, explicó el ministro. Según detalló, cada emprendimiento demanda entre tres y cuatro años para comenzar a mostrar resultados, por lo que el crecimiento actual responde a decisiones e inversiones iniciadas tiempo atrás. “La perspectiva de crecimiento es exponencial”, sostuvo.
Desde la mirada oficial, el desarrollo del enoturismo tiene un impacto directo en la economía local. Genera empleo, promueve el consumo de productos regionales, activa la gastronomía, impulsa el alojamiento y abre nuevas oportunidades para emprendedores. Además, permite romper con la estacionalidad del turismo tradicional, ofreciendo propuestas durante todo el año.
Pero más allá de los números, el enfoque cultural es central. “El enoturismo no es solo vino. Es servicio, es hospitalidad, es historia. Cada bodega no solo ofrece una degustación, sino una experiencia completa que incluye recorridos, gastronomía, contacto con la naturaleza y con las raíces del lugar”, remarcó Posadas.
Una muestra reciente de este espíritu fue la convocatoria en el Cabildo de San Salvador, donde bodegas jujeñas compartieron sus productos en una tarde con música, encuentros y degustaciones abiertas al público. “Queremos que cada jujeño conozca la calidad de los vinos que se están generando en la provincia. No es solo para turistas”, expresó el ministro. “Es también para que cada uno se sienta parte de este proceso y se enorgullezca por lo que estamos construyendo.”
La inclusión de Jujuy en el mapa enoturístico nacional ya es una realidad. Si bien la provincia complementa su propuesta con otros destinos vitivinícolas del país, su identidad propia y sus condiciones geográficas le permiten apostar a una producción boutique, enfocada en la calidad y la autenticidad. “Siempre decimos que el que puede hacer un buen vino, puede dar también un buen servicio turístico. Hay un mensaje implícito en cada copa”, reflexionó Posadas.
El desafío hacia adelante será sostener esta expansión con criterios de sustentabilidad, infraestructura adecuada y formación profesional. Para eso, el ministerio trabaja junto a bodegueros, comunidades locales y distintos niveles del Estado para seguir consolidando una oferta que ya no solo seduce al visitante, sino que también moviliza a los propios jujeños.
Así, el vino se convierte en un hilo conductor de nuevas oportunidades, una puerta de entrada a las riquezas del norte argentino, y un símbolo de transformación económica, cultural y territorial. Como expresó Posadas en el cierre de la entrevista con El Tribuno de Jujuy: “Estamos escribiendo un nuevo capítulo del turismo jujeño, con el vino como protagonista”.
 

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