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24 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Padre de tres chicos con discapacidad pide ayuda

Solicita una vivienda segura para sus hijos. La casa en la que viven se inunda y está en una zona de riesgo.
Lunes, 21 de abril de 2025 01:04
Necesita ayuda | José Gabriel Alfaro junto a sus cuatro hijos.

José Gabriel Alfaro tiene cuatro hijos, tres de los cuales padecen una discapacidad.

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José Gabriel Alfaro tiene cuatro hijos, tres de los cuales padecen una discapacidad.

Reside en una humilde casa alquilada del barrio Carolina, de Palpalá. Emplazada en una zona de alto riesgo, por donde pasa un canal, la vivienda se inunda cada vez que llueve.

Este humilde padre de familia que en la actualidad se gana la vida haciendo changas ha acudido a un sinnúmero de organismos estatales en busca de una solución habitacional. Lo único que ha obtenido ha sido promesas incumplidas.

"Vengo pidiendo ayuda desde la primera vez que me inundé", le dijo a El Tribuno de Jujuy al precisar que el incidente fue el 16 de enero pasado. Agregó que el 10 de febrero, como consecuencia de otro temporal, nuevamente la casa se llenó de agua y barro.

Necesita ayuda | José Gabriel Alfaro junto a sus cuatro hijos.

En aquel momento, como tenía un trabajo estable, gestionó un terreno fiscal donde poder construir unas piezas. Pero al poco tiempo perdió el trabajo y comenzó a hacer changas para sobrevivir. Entonces el sueño de construir la casa con sus propias manos quedó trunco, por lo que se dirigió a las oficinas del Instituto de Vivienda y Urbanismo de Jujuy (Ivuj) a solicitar "una vivienda social", ya que la mamá de sus hijos estaba anotada desde hace tiempo para acceder al beneficio.

Como no tenía dinero para pagar el boleto del colectivo se fue caminando desde Palpalá a la capital provincial donde funciona la oficina central del Ivuj. En la zona de la cochera pudo hablar con un directivo del organismo, según expresó a este diario. "Me arrodillé, le dije que necesitaba una vivienda para los chicos", relató Alfaro y agregó que el hombre le respondió que lo iba a atender, pero que tenía que esperar.

Alfaro le agradeció el gesto al funcionario y esperó "desde la madrugada y hasta que cerraron las puertas", comentó. Lo cierto es que cerca de las "tres de la tarde" se acercaron unos policías que le ordenaron que se retirase mientras Alfaro les suplicaba que lo dejasen permanecer allí porque aún tenía la esperanza de ser recibido.

"Los policías me sacaron afuera y uno de ellos me dijo que me fuera, que evitara problemas", prosiguió relatando.

Tras vivir esta penosa experiencia se dirigió al área de Ordenamiento Territorial, donde no obtuvo ninguna respuesta.

"Tengo que llegar al extremo de usurpar una vivienda para que alguien me escuche", se preguntó este humilde padre de familia que no sabe a dónde acudir en búsqueda de ayuda.

Hace unos días volvió al Ivuj, esta vez con fotos de viviendas que están abandonadas. "Los empleados se miraban entre ellos y no me prestaban atención", denunció al destacar que en los barrios San José y Florida de Palpalá "hay casas que la gente no fue a vivir y otras que los supuestos adjudicatarios las alquilan". Alfaro entendió que bien podrían adjudicarle alguna de esas viviendas y de esta manera resolver la problemática de una familia con tres hijos con discapacidad.

Alfaro recordó que "gente del Ivuj le pidió a la mamá de los chicos que presente una carpeta y que este año le daban una vivienda. No le dieron ubicación, si le dijeron un día y ella contenta. Llego el día y nada", se lamentó.

La casa que alquila Alfaro tiene dos ambientes, uno que hace de dormitorio y otro que cumple la función de cocina comedor.

Como no tiene un trabajo estable hace changas con las que asegura la comida de los chicos, mientras que su familia lo ayuda para el pago del alquiler. La situación habitacional de la mamá de sus hijos, de quien está separado, es la misma que la de él. Vive en una casa precaria. Ambos se ocupan de la crianza y manutención de los chicos.

Alfaro tiene cuatro hijos, el mayor, de quince años, que no tiene ninguna discapacidad. Los tres que le siguen, una nena de 12, un varón de 11 "tienen un retraso mental leve" y el más chiquito, de 8 años, "tiene problemas con el lenguaje". Los dos mayores asisten al Bachillerato 22 "Héroes de Malvinas" y los otros dos a la escuela primaria 411 "Mayor Enrique Carlos Lutteral".

A Alfaro nada lo detiene. El amor por sus hijos es el motor que a diario le permite renovar las esperanzas. Mientras toca puertas en la búsqueda de una solución habitacional para los chicos, se permite soñar con un pedacito de tierra donde poder sembrar.

 

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