Con gran fervor y acompañada de las distintas comunidades que pertenecen a la jurisdicción de la parroquia San Andrés de San Pedro de Jujuy y de devotos llegados desde distintos puntos de la ciudad, la feligresía de la capilla Nuestra Señora de Fátima, honró recientemente a su santa patrona.
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Con gran fervor y acompañada de las distintas comunidades que pertenecen a la jurisdicción de la parroquia San Andrés de San Pedro de Jujuy y de devotos llegados desde distintos puntos de la ciudad, la feligresía de la capilla Nuestra Señora de Fátima, honró recientemente a su santa patrona.
El atrio de la capilla fue ornamentado especialmente para vivir la celebración mariana, con una solemne misa que fue presidida por el obispo de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández y concelebrada por el párroco Marcelo Churquina. Fue nutrida la cantidad de fieles que colmó todo el sector y vivió a pleno la festividad.
En su homilía y al hablar de la santa patrona, el obispo expresó que María estuvo siempre junto al pueblo mostrándole a su hijo Jesús.
Acotó que, tanto en su vida terrena como en su intercesión desde el cielo, "la misión de María es orientar nuestro corazón a Jesús. Enseñarnos como lo hizo ella a ser discípulos misioneros de Jesús".
Al referirse a la expresión de una mujer que, en un pasaje del evangelio, viendo la grandeza de Jesús, su sabiduría, los milagros que hacía, impactada por esa figura del hijo de Dios gritó, -feliz la que te tuvo en su seno y te amamantó, apuntó que Jesús retoma ese mensaje para decirle a ella y a nosotros, más bien felices aquellos que escuchan la palabra de Dios y la practican. "Si bien ha sido algo grande ser la madre del redentor, mucho más grande es el camino de María al lado de su hijo Jesús, porque desde que recibió el anuncio del ángel, desde que se sintió visitada por Dios, amada por Dios, llamada por él a ser la madre del Salvador, desde ese momento de una manera muy decidida, toda su vida la pone al servicio de Jesús para ser su madre, para cuidarlo, para escuchar su palabra y alimentarse de ella", manifestó Monseñor Fernández y acotó: "Allí estuvo María para acompañar a los discípulos de su hijo, dándoles fuerza, valor y esperanza en el momento de la cruz, en el momento terrible en el cual, cada Viernes Santo, la contemplamos junto a la cruz de su hijo. Ahí estaba su madre traspasada de dolor al ver morir a su hijo, pero llena de esperanza y de confianza en la promesa de su hijo, que había dicho que la muerte era camino a la resurrección".
En otro tramo de su sentida prédica, el obispo la sitúa a María acompañando a la iglesia y después de la Asunción al cielo, acompañando la vida de sus hijos. "Que ella como madre nuestra, interceda por nosotros, que nos enderece el camino, que al honrarla hoy y siempre como madre de Dios, nosotros seamos capaces de imitarla, de ser buenos hijos. La mejor manera de honrarla es contemplarla para imitar sus virtudes y llevar a Jesucristo a los demás", finalizó.
Finalizada la misa, todos participaron de la tradicional procesión con la sagrada imagen y luego hubo un compartir y números folclóricos.