El joven integrante de la parroquia San Andrés y del pesebre comunitario Niño Jesús de barrio San Francisco, Emanuel Ortega, sostuvo que el encuentro de pesebres con sus niños, con sus adoradores, con sus músicos alrededor del pesebre ubicado en el atrio de la capilla Nuestra Señora de Fátima, es un maravillo signo de la religiosidad popular que no se opone para nada con nuestra fe. "Por el contrario la enriquece, la hace más concreta, más sensible para nosotros los cristianos y como hombres que somos, también nos ayuda mucho tener un signo concreto. Dios mismo lo entendió así que no le bastó que sólo miremos al cielo para invocarlo, sino que quiso hacerse uno más como nosotros. Así lo entendió San Francisco de Asís y fue él quien armó, allá por el siglo XIII el primer pesebre representando al de Belén y desde el siglo XIII se viene reeditando el armado de pesebres en todo el mundo", contó.
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El joven integrante de la parroquia San Andrés y del pesebre comunitario Niño Jesús de barrio San Francisco, Emanuel Ortega, sostuvo que el encuentro de pesebres con sus niños, con sus adoradores, con sus músicos alrededor del pesebre ubicado en el atrio de la capilla Nuestra Señora de Fátima, es un maravillo signo de la religiosidad popular que no se opone para nada con nuestra fe. "Por el contrario la enriquece, la hace más concreta, más sensible para nosotros los cristianos y como hombres que somos, también nos ayuda mucho tener un signo concreto. Dios mismo lo entendió así que no le bastó que sólo miremos al cielo para invocarlo, sino que quiso hacerse uno más como nosotros. Así lo entendió San Francisco de Asís y fue él quien armó, allá por el siglo XIII el primer pesebre representando al de Belén y desde el siglo XIII se viene reeditando el armado de pesebres en todo el mundo", contó.
En horas de la mañana, el padre Marcelo Churquina presidió la misa en la que los fieles y responsables de los pesebres, llevaron sólo las imágenes del Niño Jesús. En la tarde, se realizó la 17° edición del encuentro de pesebres del que 30 pesebres que llegaron desde distintos puntos de la ciudad, de otras localidades, lotes y fincas de la zona, que hicieron su adoración frente al pesebre de la capilla. Luego el sacerdote bendijo las imágenes, se realizó el sorteo de cajas de mercadería, vestimenta para el Niño, un redoblante y la entrega de gaseosas y bolsas con productos navideños. Todo finalizó con el pasaje de pesebres por las calles del barrio.
En su mensaje, el padre Marcelo Churquina, sostuvo que "litúrgicamente se celebra la manifestación de Dios a la Humanidad, figurada en estos tres magos de oriente y algo más familiar, tradicional y popular como la fiesta de los Reyes Magos". Destacó que "celebramos la manifestación y la Epifanía. De esta manifestación quisiera extraer tres palabras: búsqueda, acogida y adoración. Hoy la Iglesia celebra la revelación de nuestro Señor Jesucristo a toda la Humanidad. Es como cuando uno tira una piedra a un estanque que está con el agua en calma, tranquila, mansa y empiezan a hacerse las ondas".
"Las manifestaciones -agregó- se fueron dando primero a María, después a José, luego a Isabel, a Zacarías y cuando Jesús nació, a los pastores, luego a los Magos y es así que se fue expandiendo la buena noticia. En todo ser humano hay una necesidad y un deseo de búsqueda y esos magos de oriente eran personas de ciencia, sacerdotes de oriente, estudiosos que profundizaban la ciencia propia de aquel tiempo y se dejaron llevar por esas señales que Dios había puesto. Nosotros debemos aprender de su espíritu de búsqueda".
"Hermanos, nunca pierdan su espíritu de búsqueda de Dios especialmente en los momentos cuando nos sintamos más perdidos. La segunda palabra es acogida, cuántas veces hemos sentido gran alegría cuando llegamos a un lugar y nos reciben con mucho cariño. Una acogida cordial que nos hace sentirnos en casa. Por eso es importante la actitud al recibir, al acoger al Señor. La tercera palabra es adoración. Nosotros podemos adorarlo y la adoración puede pasar por distintas formas. El canto, la danza, el rezo, el servicio, la caridad, la preparación", culminó diciendo el padre Marcelo Churquina.