La iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, desde hace siete años, en pleno invierno recuerda a la protectora de La Quiaca. Del día festivo religioso participaron las máximas autoridades locales, encabezadas por el intendente Dante Velázquez junto al cuerpo de concejales. Hubo asueto en todo el ejido urbano.
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La iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, desde hace siete años, en pleno invierno recuerda a la protectora de La Quiaca. Del día festivo religioso participaron las máximas autoridades locales, encabezadas por el intendente Dante Velázquez junto al cuerpo de concejales. Hubo asueto en todo el ejido urbano.
Cada 27 de junio, día de la Virgen del Perpetuo Socorro, la feligresía celebra a María, patrona de los Padres Redentoristas y cuyo ícono original está en el altar mayor de la iglesia de San Alfonso. La imagen recuerda el cuidado de la Virgen por Jesús, desde su concepción hasta su muerte, y que hoy sigue protegiendo a sus hijos que acuden a ella.
Fue un celebración distinta para los vecinos de La Quiaca, la misa no se realizó en las escaleras del templo local, sino en la cancha cubierta de Juventud Católica. Donde dos centenares de personas se congregaron para rendir culto a la patrona de todos los quiaqueños, que desde 1945, tiene su fiesta, impuesta por el intendente de entonces el 10 de junio del mismo año. Con el tiempo la celebración se trasladó a noviembre y luego al 27 de junio por voluntad popular.
Los preparativos para adornar uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad tuvieron lugar días previos como así también la novena con amplia participación de instituciones locales. Escuelas primarias y centro de menores, Municipalidad y Concejo Deliberante, taxistas y remiseros, Aduana y Migraciones. También fuerzas de seguridad, como Gendarmería, Policía de la Provincia, Policía Federal, Bomberos, escuelas secundarias y de arte, medios de comunicación, cuerpos de danzas y folcloristas.
Pasadas las 10 dio inicio la homilía a cargo del padre Aníbal Zilli y Carlos Halcón con un mensaje de solidaridad, unión y pedido para que el momento que vive el país pase pronto.
Al término, la imagen ya no fue llevada en andas por los fieles, sino en el rodado suministrado por el Ejecutivo local. Hubo procesión, por las principales arterias de la ciudad, los vecinos acompañaron a la Virgen saludándola con pañuelos blancos a cada paso.
La actividad culminó con el regresó al templo y la imagen retornó a su sitial de honor, desde donde protege a todos los quiaqueños.
A las 14 se realizó un festival en honor a la Virgen, que contó con la participación de artistas locales y cuerpos de danza.
En la Puna, la religión está fuertemente arraigada en sus habitantes, producto de siglos de evangelización católica claro ejemplo son los templos que datan del siglo XVII y las imágenes del arte cuzqueño que corresponden al período colonial.