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24 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Martín Torino, año 1878: gobernación complicada

Una serie de desafortunadas decisiones del entonces mandatario generaron un enorme descontento.

Viernes, 15 de noviembre de 2024 00:08
CABILDO DE JUJUY | MUDO TESTIGO DE LOS HECHOS MÁS RELEVANTES DE LA HISTORIA JUJEÑA

El prestigioso abogado jujeño Fernando Zurueta entregó a nuestro matutino este valioso aporte vinculado con la gobernación de Martín Torino en 1978.

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El prestigioso abogado jujeño Fernando Zurueta entregó a nuestro matutino este valioso aporte vinculado con la gobernación de Martín Torino en 1978.

"El comisario Martín Torino, que era salteño, surge de comicios sangrientos que se produjeron en el año 1878, que no fueron reconocidos por los jujeños. Una de las primeras medidas fue exigir la renuncia a todos los jujeños que venían desempeñándose en el Gobierno del gobernador Cástulo Aparicio, designando en su lugar a salteños como José Orihuela, Simeón Barrera, Santiago Mors, Marcelino Salas y otros que eran tucumanos, chilenos o bolivianos. Los diputados en su mayoría eran de origen salteño.

Provocó una reacción de los jujeños y gestaron una revolución con el propósito de derrocarlo. El enfrentamiento dio que pierdan los jujeños y se procedió a encarcelar a ciudadanos ilustres. A los jóvenes que intervinieron en el movimiento se los obligó a barrer la plaza con pichanas, lavar las galerías del Cabildo, lustrar las botas de los oficiales del bando contrario como las letrinas de las oficinas públicas. Todo lo dicho fue relatado en un extenso documento y puede ser analizado en revisionistas.com.ar en que en detalle se analiza lo que vivía Jujuy en ese entonces.

Por supuesto que Torino tomó decisiones en situaciones lamentables para Jujuy como fue la venta de la finca Chalicán que fuera donada por Pedro Chalicán de Soria -quien naciera en Francia- resultando como primer benefactor de importantes aportes al Ejército Auxiliador el Perú cumpliendo actividades importantes en apoyo a la Revolución de Mayo.

Pero entre los aportes de Pedro Chalicán Soria que hizo fue la donación de una de sus propiedades al Gobierno de la Provincia con un fin determinado y que allí toma con los años una decisión en contra de los intereses del donante.

Lo que seguidamente menciono surge de un meticuloso trabajo e investigación realizado por el periodista Rodolfo Ceballos, quien aportó datos muy precisos y muy valiosos para esta provincia y menciona que en agosto del año 1851 encontrándose Soria enfermo resuelve delante de los testigos Blas Agudo, Gabriel Cuñado, Ignacio Noble Carrillo, José Samillan Jacinto Guerrero y Pedro Gogñenola y ante el escribano de Gobierno, Hacienda y Tierras Florencio Ramón dejó en testamento a beneficio el hospital de esta ciudad una estancia denominada 'El Río Negro'.

Su última voluntad al dejar este legado fue prohibir 'que los bienes que dejo al hospital que lo producido sea para sostén y conservación del establecimiento - hospital'. Bajo tales conceptos declara nulos y de ningún valor cualquier contrato contrario a su deseo, pidiendo que sus albaceas, como todo los que puedan cambiar sus derechos y los del establecimiento, procurando y defendiendo la exacta observación de esta disposición.

Pero resulta que Torino, como gobernador, no tuvo mejor idea antes de dejar su mandato que dictar una ley que disponía que la Municipalidad de la capital proceda a enajenar en pública subasta sobre una base dineraria y en término de sesenta días la finca Río Negro con todas sus dependencias.

En septiembre de 1878 al consagrarse concejales a Pedro de Tezanos Pinto, Miguel Alviña, Ismael Carrillo, Guillermo Mors y Silvestre Echazú decidieron encabezar un movimiento popular en oposición al cumplimiento de la ley que disponía la venta de la finca donada. Resuelven comunicar a Torino lo resuelto desconociendo la ley de la Legislatura en razón de que la finca no era fiscal ni municipal y que la citada ley no podía enajenar una propiedad particular la que en ese momento era dirigida por una sociedad de beneficencia.

La reacción del gobernador Torino fue ordenar que los concejales fueran sometidos a proceso disponiendo el encarcelamiento de Tezanos Pinto.

Derrocado Torino se procedió a la derogación de la cuestionada ley.

Todas estas actuaciones de Torino y el malestar dado en contra de los jujeños provocó una reacción mayor de los jujeños. Con armas provistas por salteños que estaban en contra de Torino armaron una segunda revolución encontrándose al frente Delfín Sánchez, Pablo Carrillo, Jorge Zenarruza, Soriano Alvarado, José Villar, José de la Quintana, Pablo Blas. Torino ordenó que los funcionarios salteños se atrincheraran en el Cabildo lo que provocó se prenda fuego al edificio mientras los aliados al gobernador gritaban para amedrentar: 'Ya viene Torino, ya viene Torino'. Por cierto, nunca llegó y huyó a Salta. Dejó como resultado que toda la documentación importante de Jujuy se quemara en el Cabildo y los archivos que quedaron fueron pocos, dado que muchos documentos se los habían llevado en el éxodo de 1813 a Tucumán y no se recuperaron.

Cabe destacar que el trabajo realizado por Gustavo L. Paz es sorprendente al hacer referencia a las políticas provinciales de Jujuy sin dejar de citar a Joaquín Carrillo en su libro de 'Jujui, provincia federal argentina'".

 

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