Durante el fin de semana largo, Jujuy se convirtió en el epicentro del feminismo argentino con la realización del 37° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No Binarias. Con una asistencia estimada de 60.000 mujeres provenientes de todo el país, el evento se destacó por sus múltiples talleres y dos marchas multitudinarias que recorrieron las calles de la ciudad. Sin embargo, este encuentro histórico se vio empañado por un hecho lamentable: la vandalización de la Iglesia Catedral.
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Durante el fin de semana largo, Jujuy se convirtió en el epicentro del feminismo argentino con la realización del 37° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No Binarias. Con una asistencia estimada de 60.000 mujeres provenientes de todo el país, el evento se destacó por sus múltiples talleres y dos marchas multitudinarias que recorrieron las calles de la ciudad. Sin embargo, este encuentro histórico se vio empañado por un hecho lamentable: la vandalización de la Iglesia Catedral.
Al finalizar el evento, vecinos y transeúntes se encontraron con las paredes de la Catedral cubiertas de grafitis con diversos mensajes. A pesar del gran despliegue de seguridad durante todo el encuentro, el patrimonio arquitectónico de la provincia resultó dañado. Este hecho ha generado un intenso debate en la comunidad jujeña y en todo el país, poniendo en el centro de la discusión la libertad de expresión, el respeto por los bienes públicos y la importancia de garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.