"Animu", documental jujeño fue elegido para formar parte de la Sección Oficial del 27º Festival Internacional de Cine de Punta del Este. La proyección se produjo ayer por la tarde, en la Casa de la Cultura de Maldonado. La película cuenta con dirección de Miguel Kohan y la participación de la música jujeña Wara Calpanchay.
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"Animu", documental jujeño fue elegido para formar parte de la Sección Oficial del 27º Festival Internacional de Cine de Punta del Este. La proyección se produjo ayer por la tarde, en la Casa de la Cultura de Maldonado. La película cuenta con dirección de Miguel Kohan y la participación de la música jujeña Wara Calpanchay.
"Wara, es una adolescente de la Puna, se muda a un barrio en las afueras de Jujuy. Mientras transita el desarraigo y el duelo por la muerte de su abuela paterna, surgen en ella interrogantes que resolverá en un diálogo entre su voz y su violín", señala la sinopsis que ya recorrió varios festivales para los que fue seleccionados, como Arfecine 10 donde obtuvo el premio especial del jurado; la 25º edición de Bafici, donde fue estrenado el año pasado y el 36º Girona Film Festival (2024).
Durante una breve charla, Wara, quien se está preparando para presentarse con su música por primera vez en el Carnavalódromo, comentó a El Tribuno de Jujuy que "es muy sorprendente este recorrido. Ya estaría confirmado que el documental se presente aquí, en Jujuy, durante el Festival de Cine de las Alturas. Por el momento me estoy preparando con mucho ensayo para el 1 de marzo, porque será mi primera vez en el Carnavalódromo".
Volviendo al documental, podemos comentar que logró elogios de especialistas en la materia, como David Obarrio quien destacó que: "A través de la chica protagonista, maravillosa, Kohan vuelve a encontrar un mundo que no renuncia a la espiritualidad, a la conexión con el paisaje, con los fantasmas, con las voces de los muertos. Se trata de cine hecho al margen de la fatigosa ciudad de Buenos Aires y la petulancia de sus modos únicos. Y el director lo hace con una transparencia desarmante, en la que el arte, las ceremonias sagradas y la búsqueda del propio destino conforman una sola cosa. Es una película a la que cabe describir como noble, que no desdeña tampoco algo del desasosiego cósmico de otro film de Kohan, El despenador. La serena belleza del blanco y negro y la figura célebre del esquimal Nanuk animan la película con una potencia única".
En "Ánimu", hay muchas cosas que se ponen en juego. El desarraigo de la protagonista, su duelo por la muerte de su abuela, la adaptación a su nueva vida. Consiguiendo así un documental lleno de presencias ausentes. Inicia como un típico documental de observación, donde se sigue la vida de Wara. En un momento aparece la figura de Nanuk y su película homónima y "Ánimu" comienza una metamorfosis. Tomando cosas del audiovisual del esquimal, como la utilización del blanco y negro o ir cambiando por breves momentos el "aspect ratio" de los planos.
Bajo este paradigma, la película consigue dos tomas que lo hacen sobresalir de la media. El primero es el traveling protagonizado por la tía de Wara, que termina en un frame congelado con su rostro bellamente encuadrado. Aquí sucede otra fusión, esta tía pasa para el espectador a ser la abuela fallecida. Sin conocer el rostro de la persona que ya no está, Kohan pareciera decirnos: "así es como se vería". El otro se da durante la ceremonia. Plano fijo, quienes llevan adelante la celebración piden al resto que nadie quede detrás de ellos. Solo un pequeño fuego humeante queda delante de estas personas. En cuanto se da inicio formal, el plano comienza a llenarse de burros. Como si estos fueran invocados por una fuerza mayor. Los cuales con sus cuerpos censuran el plano, procurando la privacidad del suceso.
Miguel Kohan, encuentra un gran personaje en Wara y allí nace "Ánimu". Estos eventos cuasi mágicos que logra captar con la cámara son asombrosos. Los planetas parecen alinearse mientras se está grabando, dando estas cualidades metafísicas que solamente surgen en el cine documental.